La fórmula que le funciona a Bildu

Una campaña en la que sus dirigentes y candidatos han difuminado el mensaje soberanista para poner el acento en las ideas progresistas explicaría en parte el buen resultado el 23-J. La estrategia ha sido calculada al milímetro después de años de observación interna y externa. «EH Bildu, desde las generales de 2016, cuando comprobó que la opción más votada era Podemos, por delante incluso del PNV, se dio cuenta de que hacía falta un giro político de mensaje y de imagen. Ha dejado más de lado todo el discurso nacionalista y se ha centrado muchísimo más en las políticas sociales. Y además ha cambiado claramente su papel en el Congreso en esta última legislatura, disputándole al PNV la defensa de los intereses vascos en Madrid», apunta la socióloga María Silvestre, directora del Deustobarómetro.

Según los analistas consultados, en la hoja de ruta de la coalición liderada por Otegi se han trazado líneas diferentes de actuación pero íntimamente interconectadas, hasta el punto de que desviarse en una supondría emborronar también las otras. En este sentido, al rejuvenecimiento de sus cuadros y a la presencia cada vez mayor de mujeres en puestos de responsabilidad se ha unido la apuesta por caras conocidas y veteranas en las candidaturas -Oskar Matute, Mertxe Aizpurua e Iñaki Ruiz de Pinedo-, en un equilibrio meditado que busca atraer a las nuevas generaciones y, al mismo tiempo, consolidar al electorado de siempre. Se ha impuesto además como mantra 'vender' la necesidad de impulsar un nuevo estilo de hacer política frente a «las ideas de siempre de los de siempre», en alusión a los jeltzales.

La inercia de su oscuro pasado vinculado con la legitimación de la violencia de ETA aún despierta el recelo de sectores de la población que le exigen una condena pública y sin matices del terrorismo. Y a veces los dirigentes de EH Bildu coquetean con las actitudes que aseguran haber dejado atrás e incluyen por ejemplo en sus listas a más de cuarenta presos, siete de ellos (después apartados) con delitos de sangre. Matute, procedente de Ezker Batua y fundador y líder de Alternatiba, ha sido el aspirante elegido para trasladar a la opinión pública la cara amable de la coalición -como en el debate a siete de TVE-, defensora del independentismo pero pragmática como nunca en la firma de acuerdos con el Gobierno, sin levantar la voz en exceso y con afirmaciones alejadas de la radicalidad que caracterizó a la izquierda abertzale no hace mucho.

La politóloga Eva Silván considera que hay varias causas correlativas que están detrás del incremento de apoyos de Bildu. La coalición, sostiene la experta, ha sabido leer el momento político de Euskadi como un ciclo electoral en el que era necesario llegar «fuerte» a las diferentes citas con las urnas. En su opinión, la apuesta por ganar influencia en Madrid con la investidura de Pedro Sánchez y la cercanía al Gobierno de coalición le sirvieron para que «el eje identitario» dejara de ser tan protagonista y se le identificara con un partido «progresista, materialista y preocupado por los problemas de la gente», lo que extendió su base electoral. La crisis de Elkarrekin Podemos y que las nuevas generaciones no la perciban como una fuerza vinculada a ETA también le han abierto más espacios de voto.

Jonatan García, profesor del departamento de Sociología y Trabajo Social de la UPV, afirma que será a partir de ahora cuando sea posible conocer de forma pormenorizada las bolsas poblacionales en las que Bildu ha encontrado sus asideros en estos comicios. Está convencido en cualquier caso de que el hecho de no haber estado permanentemente en el foco, el haber pasado desapercibida en su camino hacia estas elecciones, le ha permitido centrarse en lo suyo y que sus mensajes se escuchen mejor.

El sociólogo Ander Gurrutxaga apunta que las nuevas generaciones han podido tener un papel relevante en la progresión de la izquierda abertzale. Una juventud, agrega, que está en todos los estamentos sociales pero también en los partidos. Y subraya que el «nuevo estilo de hacer política» que preconiza la coalición ha calado entre la gente «harta de ver siempre a los mismos». «Habrá que ver en qué se sustenta ese nuevo estilo».