La kale borroka entra en campaña
La presión de radicales contra un mitin de Vox devuelve Bilbao a tiempos pasados: calles cortadas, cargas policiales, cinco alborotadores detenidos y varios agentes heridos
La visita de la caravana electoral de Vox a Euskadi se saldó este sábado con graves incidentes. Por la mañana en San Sebastián y ... horas después en Bilbao. Varios grupos de radicales intentaron boicotear los mítines que la formación que lidera Santiago Abascal tenía programados en el Kursaal y en el Palacio Euskalduna, a los que asistieron varios centenares de simpatizantes. Y en parte lo consiguieron, porque los actos políticos quedaron eclipsados por la fuerte tensión que se registró antes, durante y después de los eventos.
La peor parte se la llevó la capital vizcaína, en la que los disturbios se prolongaron durante varias horas. La Brigada Móvil de la Ertzaintza, los 'beltzas', se vieron obligados a cargar contra grupos de encapuchados que primero lanzaron adoquines, tornillos, botellas de vidrio y bengalas contra el numeroso cordón de agentes que blindaba el Euskalduna y luego se dedicaron a volcar e incendiar contenedores por el corazón de la ciudad, abarrotado de gente a media tarde. El servicio de tranvía quedó cortado y tres ertzainas resultaron contusionados.
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La estampa del fuego cortando la Gran Vía, entre consignas «antifascistas» y de recuerdo a Iñigo Cabacas mientras las sirenas de las numerosas furgonetas de la Ertzaintza desplegadas en la zona atronaban, no se recordaba hace años en Bilbao. Tampoco la escalada de violencia, según reconocieron fuentes policiales. Hubo cinco detenidos y, cuatro de ellos, han pasado esta mañana a disposición judicial acusados de un delito de desórdenes públicos, han informado fuentes del departamento vasco de Seguridad. Más tarde han quedado en libertad.
Por otro lado,una joven resultó herida por el impacto de una pelota de caucho disparada por la Policía autonómica. «Sobran los provocadores, los ultras y los radicales que añoran los años de la kale borroka», reprochó el alcalde Juan María Aburto, que se vio obligado a emitir un comunicado a última hora vista la gravedad de los hechos para expresar su condena.
Lo cierto es que las Fuerzas de Seguridad habían organizado un dispositivo especial para garantizar la celebración de los actos de Vox, pero las previsiones se quedaron cortas ante unos escraches perfectamente organizados. Parte del material utilizado como arma arrojadiza venía preparado en mochilas.
Las reacciones
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Condena del alcalde Aburto expresó su rechazo a los «ultras, provocadores y radicales que añoran la kale borroka».
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En San Sebastián La capital guipuzcoana, visitada por Abascal por la mañana, también registró incidentes.
Primero fue en San Sebastián. Abascal había citado a sus fieles a mediodía en el Kursaal y los grupos que se congregaron en el entorno enarbolando ikurriñas, esteladas y pancartas a favor de los presos estuvieron controlados hasta que acabó el acto. Fue entonces cuando algunos radicales eludieron el cordón de seguridad y entraron en el palacio de congresos donostiarra. Insultaron, amenazaron e incluso zarandearon a algunos de los asistentes. También arrancaron parte de las pancartas que había colocado Vox.
Mobiliario urbano
En Bilbao los incidentes se multiplicaron. El mitin de Vox era a las seis de la tarde, pero las protestas empezaron bastante antes alrededor del Euskalduna. Divididos en varios grupos que se fueron acercando al palacio desde la Gran Vía, Abandoibarra y el Parque de Doña Casilda, los radicales lanzaban consignas contra el partido de Abascal, y la Ertzaintza se vio obligada a reforzar el cordón de seguridad.
La tensión se disparó cuando empezaron a aparecer los asistentes al acto político. Y comenzaron los incidentes. Sobre los agentes policiales cayó todo tipo de mobiliario urbano arrancado de las inmediaciones, una valla que guardaba una obra y tornillos de gran tamaño. Luego las bombas de humo, y las cargas y los pelotazos arreciaron. Los enfrentamientos no pararon mientras se celebrara el mitin y siguieron en diferentes puntos de Bilbao mucho después de que Abascal y su séquito abandonara la villa pasadas las ocho de la tarde.
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