Unas urnas marcadas por el derrumbe

El jeltzale José Luis Maiztegi era el alcalde de Zaldibar cuando sucedió la tragedia, sobre la que se instruyeron dos procesos judiciales, aunque sólo continúa abierto el que se basa en un delito medioambiental. Gobernaba en Zaldibar gracias a los cinco ediles del PNV y lo hacía en coalición con los dos concejales del PSE en la localidad. La fuerza más votada en las elecciones de 2019 había sido EH Bildu, que logró cinco representantes gracias a sus 647 votos, con algo más de un centenar de ventaja sobre el PNV. La formación independentista tiene muy cerca la mayoría necesaria para gobernar en solitario, algo que podría hacer con seis ediles, sólo uno más de los actuales. No es descartable que lo logre ahora ya que, tanto en las elecciones municipales de 2015 como en las de 2011 EH Bildu ya obtuvo esa cifra. Arantza Baigorri estuvo seis años y medio en el cargo de regidora representando a los soberanistas y cedió la makila en febrero de 2018 a su compañera de formación Eneritz Azpitarte, que volverá a ser cabeza de lista en estas elecciones.

Así las cosas, la pugna por el bastón de mando depende en buena parte de los posibles efectos electorales del derrumbe. Si jeltzales y socialistas se desgastan en las urnas por efecto del accidente, el bastón de mando es previsible que cambie de manos. Y es que la misma coalición PNV-PSE que opera en el Ayuntamiento es la que sustenta el Gobierno vasco. La Consejería de Medio Ambiente estaba liderada en febrero de 2020 por el socialista Iñaki Arriola, pero cambió de manos a los pocos meses para quedar bajo el mando de la jeltzale Arantza Tapia.

Con esas cartas, la censura política del derrumbe del vertedero, gestionado por la firma Verter Recycling, ha estado siempre en manos de la oposición. EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PP+Ciudadanos cuestionaron la labor de control del Gobierno vasco y criticaron el informe de la Comisión Europea, que eximía a Medio Ambiente de incumplimientos en la directiva de vertederos y emisiones. La plataforma Zaldibar Argitu ha sido uno de los agentes más combativos a la hora de pedir que se depuren responsabilidades. En las urnas podría haber efectos mucho antes. O no.