Ramiro González, más kilómetros que Mikel Landa
Candidato del PNV a diputado general de Álava ·
Ramiro González esperó hasta los 40 años para afiliarse al PNV y sin ser un 'pata negra' -no había participado en las influyentes juventudes ... de EGI- apenas necesitó una década para convertirse en el principal responsable jeltzale en las Juntas Generales de Álava. Y es que este abogado de profesión gozaba de un perfil sin tacha cuando las aguas bajaban revueltas en su partido. Lejos de las rompedoras estrategias de campaña, su recorrido hasta convertirse en diputado general fue 'quemar' el cuentakilómetros para visitar cualquier rincón del territorio, estrechar todas las manos que se le han ofrecido y escuchar las críticas necesarias. Una costumbre que no ha perdido en el Gobierno. «Ni Mikel Landa ha recorrido tantos kilómetros», exageraba hace unos meses su 'jefe' en el Euskadi buru batzar, Andoni Ortuzar.
Nació en Burgos el 20 de abril de 1962 pero con seis años se trasladó a la capital alavesa, cuando sus padres (Ramiro y Sebastiana) siguieron el paso de los abuelos. El mayor de cuatro hermanos fue un estudiante sobresaliente y optó por Derecho, pero no dejó de echar una mano en la carnicería familiar situada en el mercado del barrio.
En sus pasillos empezó a fraguar su capacidad de oratoria y la ironía improvisada. Una verborrea que, a veces, le ha jugado una mala pasada y cuenta que cuando asumió el papel de portavoz del grupo juntero -huérfano de Xabier Agirre tras su abrupta salida de la Diputación- siguió llevando algunos juicios de su propio bufete. «Pero era complicado separar la vida política de la profesional, y un día ya me dijo el juez que recordara que estaba ante un tribunal y no en las Juntas Generales», relata aún con cierto sonrojo.
Este nacionalista moderado ha contado con la cintura política suficiente para llegar a acuerdos con EH Bildu y el PP, en este último caso tanto desde la oposición como con el gobierno. «Pacta con quien haga falta», destacan quienes han sufrido su insistencia para no plasmar su firma hasta tener todo cerrado. Deformación profesional de este confeso hincha alavesista que los fines de semana se anuda el mandil para cocinar paellas para su familia -tiene dos hijas- en su casa de Mendoza.
Quienes le conocen de manera estrecha le describen como una persona ambiciosa, pero siempre inteligente. Un matiz importante porque siempre ha sabido rehacerse tras duros golpes -profesionales y políticos- y seguir peleando. El más reconocido publicamente sucedió en 2010, cuando se retiró de la pelea para convertirse en el candidato jeltzale a la Alcaldía de Vitoria tras la disputa con Malentxo Arruabarena. Un puesto que finalmente ocupó Gorka Urtaran. Aceptó ir en el cuerpo de las listas a Juntas y terminó por convertirse en el azote del Gabinete foral del popular Javier de Andrés.
El referente político de este hincha confeso del Deportivo Alavés es, cómo no, el lehendakari Iñigo Urkullu. Le toma como ejemplo con su tono moderado y su objetivo de no meterse en demasiados 'jardines'. Eso sí, aún se le atraviesa el euskera pese a llevar años tratando de controlarlo.
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