Joder la marrana
Hace cuatro años, todos los concejales que no eran del PP se pusieron de acuerdo en que no querían a Maroto de alcalde. No ... deja de resultar curioso que ésta fue la única cosa en la que parecieron capaces de ponerse de acuerdo, torpes émulos de Bruto, Casio y cía.
Una vez que desapareció Maroto del panorama político local, todos los corporativos restantes que auparon al candidato del PNV acabaron por estar de acuerdo en que tampoco querían a Urtaran, demostrando que si el hombre es el único animal que tropieza en la misma piedra, si además es concejal, se incrementa exponencialmente el nivel de recurrencia en el tropezón.
Había un pub en Pamplona, cuando estudiaba para convertirme en periodista, que tenía el curioso nombre de 'Conocerte es amarte, baby'. Lo recordé porque en Vitoria se da el curioso y contrario fenómeno entre los muros del Ayuntamiento: 'Conocerte es odiarte, alcalde'.
Hoy hemos podido conocer en profundidad los datos de la encuesta que publica EL CORREO, que muestra bien a las claras la fragmentación política que dibuja la pluralidad y la diversidad como señas de identidad de nuestro territorio y de su capital, particularmente.
Los ciudadanos hemos ido aprendiendo a vivir y a convivir en un ecosistema político variopinto en el que las discusiones, al fin, ya no se ventilan a tiros como hace no tanto. Por consiguiente, la política debe hacer gala también de realismo y ponerse las pilas, si no quiere acabar provocando la desafección ciudadana más absoluta por la contumacia en el desacuerdo y en la aversión que se profesan gobierno y oposición.
Por no caer en el derrotismo, y en aras de resultar propositivo aun a riesgo de parecer radical, propongo tirar al Zadorra al que se niegue a pactar con diferentes tras las elecciones; como a esos santos que sacan en procesión para que llueva, y cuando no llueve los arrojan al río. Pues igual. Por no ser capaces, ni políticos ni santo, de poner solución a los problemas que nos aquejan. Que para eso les pagan a unos y le rezan al otro.
Bromas aparte, la encuesta electoral de EL CORREO nos dice que son varios los partidos que se disputan el liderazgo. Lo que no puede significar bajo ningún concepto que los que no acaben gobernando sólo se postularán para joder la marrana.
Ya saben que en sentido etimológico, 'joder la marrana' refería el hecho de sabotear el eje de la rueda de la noria del molino, denominada marrana por el chirrido característico que emitía al girar, similar al gruñido de una cerda. Se perseguía con ello dañar al molinero y obtener mayores beneficios a su costa, adelantando la molienda en el molino propio.
Que gane el mejor, por tanto. Pero acéptenme el consejo de no dedicarse a joder la marrana buscando sólo el beneficio propio. Y arrimen el hombro desde el acuerdo y la transacción. Es lo que toca si, como se han hartado de repetir en estos días, 'Vitoria es lo primero'. ¡Ya están tardando!
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