Europa saca brillo a la Álava 'green'
La 'ecoregeneración' de Coronación o las rutas verdes reciben dinero de la UE, cuyo futuro pasa también el 26-M por las urnas
La papeleta azul, esa gran desconocida. Llega a los buzones cada cinco años, habla de una institución situada a más de 1.200 kilómetros de ... la capital alavesa y, en ocasiones, sólo en ocasiones, acaba en la urna. Otras termina en la basura, bueno, en el contenedor azul, porque la política europea suena demasiado lejana. «Cuesta que se entienda qué hacemos en Bruselas, cuesta explicarlo, pero lo que pasa allí afecta a nuestro bolsillo y a un montón de cuestiones prácticas de las que no somos conscientes», reflexiona la europarlamentaria Izaskun Bilbao (PNV). «Su importancia es absolutamente capital en nuestro día a día aunque no nos demos cuenta», comparte Marian Elorza, secretaria general de Acción Exterior en el Gobierno vasco. Ayudas que alimentan al agro, las becas Erasmus que llevan a decenas de chavales alaveses cada año a universidades extranjeras, la factura del móvil cuando viajamos por Europa... y proyectos de calado con unos cuantos ceros.
Sólo para la 'ecoregeneración' del barrio de Coronación se han recibido 11 millones de euros de fondos comunitarios a través del plan SmartEnCity a lo largo de la legislatura que está a punto de cerrarse. La rehabilitación energética de una de las zonas más degradadas de Vitoria -donde los beneficiarios de las subvenciones pueden ahorrar un 60% en los recibos de la calefacción y el agua caliente tras la obra- es el proyecto del territorio que mayor respaldo económico ha obtenido de una UE decidida a «avanzar hacia la transición ecológica», advierte Bilbao. Un camino en el que Europa va a ofrecer «muchas oportunidades» a Álava y Vitoria, teñidas de 'green' desde hace años, «para seguir participando en proyectos y liderando algunos de ellos», considera la europarlamentaria socialista Eider Gardiazabal en plena cuenta atrás hacia el 26-M. El medio ambiente, constata, destaca como una prioridad comunitaria y «cada vez tiene más fondos».
«Lo que pasa en Bruselas afecta a muchas cuestiones prácticas de las que no somos conscientes»
Izaskun Bilbao | Europarlamentaria (PNV)
Las arcas comunitarias -con un total de 165.800 millones de euros comprometidos este año con los estados miembro- ya se han abierto para impulsar una red de itinerarios verdes que suma ya 1.130 kilómetros en una veintena de rutas adaptadas a ciclistas y senderistas, proteger el visón europeo a través del programa Life Lutreola o mejorar los hábitats para la avifauna en el parque natural de Izki de la mano del proyecto Habios. En la lista aparecen también ideas innovadoras como Vitibiom, que pretende el aprovechamiento de los sarmientos de los viñedos riojanoalaveses para la generación de biomasa -sistema de producción térmica que utiliza residuos forestales- en vista de que en la comarca se infrautilizan hasta 18.000 toneladas anuales. En temas de sostenibilidad, coinciden Bilbao y Gardiazabal, la Green Capital y su entorno «es referencia y modelo europeo».
La UE tiene también mucho que decir en «un territorio altamente exportador». Es la institución que ofrece «un mercado interior» donde vender y «se negocian» también los términos de las operaciones con otros países, retrata Elorza. A otro nivel de compraventas, el local, Álava forma parte del programa Transform@ para mejorar la formación de los comercios que funcionan en las zonas rurales, cuya primera reunión se celebró precisamente en el Palacio foral.
«Los proyectos verdes reciben cada vez más fondos y Álava va a tener muchas oportunidades»
Eider Gardiazabal | Eurodiputada (PSE)
No todo es dinero
Pero la relación con Bruselas no se reduce sólo a asuntos medioambientales y tampoco a dinero. «Por un lado está el presupuesto, donde las administraciones locales son responsables de presentar sus proyectos, y, por otro, el ámbito legislativo. Cuando se prepara una ley europea nos ponemos en contacto con los sectores afectados», cuenta la peneuvista sobre su trabajo. Se trata de «construir desde abajo», de llevar la voz del bodeguero de Laguardia, el responsable de una fábrica en Llodio o el comerciante de Vitoria al 'corazón' de Europa. Allí, recuerda Gardiazabal, se toman «muchas decisiones» que moldean nuestra vida diaria. «Hay empresas beneficiándose de planes de financiación a pymes aprobados en la UE que no sabrán de dónde viene esa ayuda», asume.
Una llamada que aún no se ha escuchado desde Bruselas tiene que ver con la industria alavesa, en concreto, con los polígonos ubicados en zonas con altas tasas de desempleo y desigualdad que, sin embargo, no han sido designadas comarcas desfavorecidas. Hay en Bizkaia, en Gipuzkoa... y ninguna en Álava, con las ayudas que se pierden por el camino por esta razón. Pero, de nuevo, no todo es dinero. Bilbao, preocupada por la corriente antieuropeísta, pone como ejemplo dos momentos de esta última legislatura en los que Vitoria y Álava han sido protagonistas en Bruselas: la comparecencia de las víctimas del 3 de marzo ante la comisión de peticiones y la denuncia sobre la posible reapertura de Garoña en el Observatorio de Transparencia Nuclear.
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