Zuckerberg dinamita el teletrabajo y otras cuatro claves de su polémica carta

Los argumentos de Zuckerberg responden a muchos manuales de cómo reaccionar ante las crisis y en ellos hay pensamiento neoliberal -con la idea subyacente de que las regulaciones estatales son perjudiciales- mezclado con una fe ciega en la transformación digital. A continuación detallamos algunas claves del pensamiento del líder tecnológico que, de alguna u otra forma, pueden acabar afectándonos.

Según su pensamiento, la jerarquía, el aumento de mandos intermedios, la burocracia y los procesos verticales son una rémora en las organizaciones… y el objetivo de Zuckerberg es aplanar el organigrama, acabar con este laberinto interno. «Cada capa de jerarquía supone más retrasos, además genera una aversión al riesgo en el flujo de la información y a la hora de tomar decisiones». En el nuevo modelo del creador de Facebook, los mandos no deben tener más de diez subordinados. Y para que eso funcione, muchos gerentes se convertirán en «colaboradores individuales». Es decir, más remeros y menos patrones en la trainera.

Según el análisis de Zuckerberg, el despido de 11.000 trabajadores en 2022 demostró que la empresa trabajaba mejor «y muchas cosas han ido más rápido». En el texto donde anunció que otros 10.000 trabajadores se van a la calle, el dueño de Meta asegura que en su empresa había una importante cantidad de trabajo duplicado que lastraba su eficacia y aumentaba los costes indirectos. El nuevo liderazgo, según el magnate, se dedicará a desmontar las funciones duplicadas y ahorrar esfuerzos.

La pandemia y el confinamiento aceleraron el proceso de teletrabajo de muchas empresas pero lo que en su día se consideró un avance se ve ahora como un freno. «Nuestro análisis de los datos de rendimiento sugiere que los ingenieros que se unieron a Meta en persona y luego trabajaron de forma remota trabajaron mejor que las personas que siempre estuvieron presentes de forma remota. Además, sabemos que los ingenieros, cuando comienzan su carrera, se desempeñan mejor si trabajan en persona con compañeros al menos tres días a la semana. Nuestra hipótesis es que es más fácil generar confianza en persona y que esas relaciones nos ayudan a trabajar de forma más efectiva».

Zuckeberg incide en que su compañía es tecnológica y apuesta por desarrollar aún más estas herramientas. No solo para que ayuden a sus ingenieros a trabajar más rápido o automatizar determinadas cargas de trabajo sino también para «identificar procesos obsoletos que se pueden eliminar». En coherencia con las fases anteriores, el propietario de Meta apuesta por crear sistemas que permitan aumentar la producción y de manera más rápida. Sus obsesiones en este campo, además, siguen siendo el desarrollo de la Inteligencia Artificial y del Metaverso, el mundo virtual en el que Zuckerberg quiere ser un pionero que colonice ese espacio para explotarlo al máximo.

Pero en este punto se puede puede leer una frase enigmática. «Nos aseguraremos de continuar cumpliendo con todas nuestras obligaciones legales a medida de que encontremos formas de operar más eficientes». Es la única referencia que el discurso de Zuckerberg hace a las cada vez más complicadas acusaciones que pesan sobre Facebook por su dudoso comportamiento ético a la hora de gestionar la privacidad de sus usuarios o su postura ante cuestiones como la difusión de noticias falsas e incluso de llamamientos a comportamientos violentos.

El texto titulado 'El año de la eficiencia' no se anda con paños calientes a la hora de definir la realidad a la que se va a enfrentar una empresa como Meta. Según el diagnóstico del autor, 2022 «fue una llamada de atención aleccionadora. La economía cambió, las presiones competitivas aumentaron y nuestro crecimiento se desaceleró», explica. A continuación detalla las decisiones que tomó -como despedir al 13% de sus empleados- pero cree que estas medidas se enfrentan a una realidad cada día más dura y podrían no ser suficientes. «Debemos prepararnos para la posibilidad de que la nueva realidad económica se prolongue durante muchos años. Los altos intereses conducen a una economía más eficiente, la mayor inestabilidad geopolítica crea más volatilidad y el aumento de la regulación implica que el crecimiento será lento». «La mayoría de las empresas reducirán su visión y sus inversiones a largo plazo. Nosotros tenemos la oportunidad de ser más audaces y tomar decisiones que otras empresas no pueden», concluye.