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Sergio Llamas
Martes, 26 de noviembre 2024, 13:11
La pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, el cambio climático o la crisis energética son factores que influyen en la salud mental en Europa, « ... pero el trabajo también lo hace» y puede agravar los efectos en los problemas de estrés, la ansiedad o la depresión. Así lo ha subrayado este martes la gerente de proyectos en la Unidad de Prevención e Investigación de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, Julia Flintrop, durante su ponencia inaugural de las XIV Jornadas de Psicosociología Laboral organizadas por el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan. Su impacto no es en absoluto baladí. «Es una de las principales causas de discapacidad en Europa», ha remarcado la experta, quien también ha alertado que durante una encuesta realizada a 26.000 trabajadores europeos, la mitad de ellos -un 56% en el caso de España- advirtieron que revelar un problema de salud mental en su puesto de trabajo «tendría un impacto negativo».
Esto es fruto de un «estigma» que puede dificultar la reincorporación al empleo tras una baja de larga duración, tema central de la jornada desarrollada en el Palacio Euskalduna de Bilbao, y que se traduce en un problema para las empresas, ya que gran parte del esfuerzo de los trabajadores afectados y en activo se dirige a ocultar sus problemas, y especialmente para los propios afectados, con dificultades para reincorporarse a su puesto. De hecho, su desempeño laboral en un ambiente saludable y con buenas prácticas puede ayudar facilitar su recuperación. Flintrop, responsable de una de las más de 50 agencias europeas dedicadas a la salud laboral, ha marcado algunas pautas para lograr este objetivo como que la vuelta al empleo sea gradual, con unas horas que se vayan incrementando poco a poco, la necesidad de un apoyo profesional y el requisito de que haya una clara implicación de los gerentes. También los ajustes laborales, que no son necesariamente costosos para las empresas, y una revisión y seguimiento de todas las medidas implementadas.
La directora general de Osalan, Lourdes Iscar Reina, ha iniciado el evento recordando que los problemas psicosociales son ya una de las principales causas en la pérdida de días trabajados y se convertirá en «uno de los riesgos más importantes durante los próximos años». «A lo largo de los años cada vez las empresas están más concienciadas, aunque quizás no con la calidad que nosotros desearíamos», ha añadido en su intervención la responsable del grupo de psicosociología de Osalan, Maite Gómez Echevarría. Así, por ejemplo, de las 41 denuncias recogidas por estas causas en Álava entre 2016 y 2023 sólo cuatro empresas contaban con medidas para el retorno de los trabajadores afectados. En la primera mesa redonda del acto, moderada por Nerea Ruiz, Gómez puso como ejemplo el trabajo que viene desarrollando una empresa de seguridad con una trabajadora fija y una antigüedad de ocho años que sufría violencia laboral, desacreditación en su reputación profesional, trato denigrante, insultos, una falta de claridad en su rol y la encomendación de tareas fuera de las referidas en su puesto, entre otros factores. «Se ha conseguido llegar a un diagnóstico correcto, se han planificado medidas acordes al problema, ha habido una investigación interna por los mandos de mayor responsabilidad y un reparto de tareas que no era equitativo», ha puesto como ejemplo.
Los expertos reunidos en la jornada han criticado la falta de una legislación específica para lo que supone ya la segunda causa de bajas de larga duración -para el 2030 se cree que será el principal motivo de discapacidad en todo el mundo-. «No existe como un problema laboral. Se trata habitualmente como una enfermedad común», ha lamentado la técnica de Osalan. El director del departamento de condiciones psicosociales del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, Manuel Fidalgo, ha advertido que «en siete años se han duplicado las bajas» por estos factores. Entre otras premisas, ha defendido la necesidad de que la dirección de las empresas se comprometa con estos problemas, que los procesos que se desarrollen sean flexibles, que su enfoque se centre en las personas, que se desarrollen con transparencia, que se prevengan los posibles estigmas, que se mantenga la confidencialidad y que se trabaje un enfoque preventivo.
Araceli López, directora de la cátedra de medicina evaluadora y pericial en la Universidad Católica de San Antonio (Murcia), ha detallado que si bien los tiempos de baja se consideran para periodos cortos de 30 o 60 días, los tiempos reales son mucho más largos y se corresponden con tramos de 180, 365 y 545 días. «En apenas seis años las bajas laborales relacionadas con la salud mental se han disparado un 81,5%, y el mayor incremento de la duración se da en el grupo de los 35 a los 49 años, pasando de 67,76 días de media en 2015 a los 100,57 en 2021», ha ejemplificado. Actualmente los factores psicosociales están presentes el 30% de todas las incapacidades temporales de más de seis meses, y en el 45% de las que superan el año. «Un muerto asusta mucho más que todas esas personas sufriendo», ha lamentado la doctora, quien ha recordado el caso de France Telecom, con 19 suicidios de trabajadores que han llevado a sus ejecutivos a los juzgados. «Aún así no lo calificamos como accidente de trabajo porque es difícil demostrar que la patología mental está asociada con el trabajo», ha reflexionado.
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