El vino alavés confía en recuperar el mercado de EE UU con la retirada de los aranceles

Un brindis por la suspensión, al menos durante cuatro meses, de los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos a varios productos agroalimentarios españoles, entre ellos el vino, motor de la economía en Rioja Alavesa. Las bodegas celebraban ayer esta decisión y respiraban aliviadas porque «bastante impacto nos ha generado en 2020, aunque fuera un asunto en el que nada tenía que ver nuestro sector», recordaba el presidente de la Asociación de Exportadores de Rioja Alavesa-Araex, Javier Ruiz de Galarreta.

Y es que el origen de este aumento en las tasas que decretó a final de 2019 el expresidente norteamericano Donald Trump radica en el conflicto comercial entre los gigantes de la aviación Boeing y Airbus. Pero los aranceles no solo se aplicaron a productos aeronáuticos en esta represalia de Estados Unidos con los cuatro países europeos con presencia de Airbus -España, Francia, Alemania y Reino Unido-. Y el vino se vio en medio de esa disputa.

Así que rebajar las tensiones en los mercados «es una magnífica noticia porque nos conviene tener un periodo de tranquilidad para recuperar de nuevo la cuota que hemos podido perder en el último año. Ahora hay que redoblar los esfuerzos para volver a ser competitivos», explica el director de Exportación del Grupo La Rioja Alta, Stephane Desmarquest. Estados Unidos es, junto a Reino Unido y Suecia, el principal destino de las ventas de la compañía que tiene presencia en Euskadi con la bodega Torre de Oña en Páganos (Laguardia).

Los aranceles se aplicaron a vinos por debajo de 14 grados y, en este sentido, los tintos han sufrido menos que los blancos y los rosados. «Pero ha habido países productores -y potenciales competidores de las bodegas de Rioja Alavesa- como Italia cuyos vinos no han tenido este incremento del 25% y han podido mantener su posición. Aunque confiamos en la fortaleza de Rioja para recuperar ese protagonismo en un mercado clave», apunta Íñigo Torres, gerente del Grupo Rioja, la principal organización bodeguera en la Denominación de Origen y que agrupa entre su medio centenar de firmas a 17 de las más representativas de Rioja Alavesa como Marqués de Riscal, Faustino, Ysios, Izadi, El Coto o Valdemar.

Las bodegas de la DOC Rioja exportaron el año pasado a Estados Unidos un 8% más en cuanto a volumen de litros -10,3 millones en total-, gracias también al canal alimentación. Pero ese incremento no tuvo repercusión en el valor de las ventas porque las propias compañías vitivinícolas, en solitario o de acuerdo con los distribuidores, «han soportado buena parte de los aranceles a costa de sus márgenes», reconoce Torres.

Con lo que la suspensión de los aranceles, «todavía temporal pero esperemos que pronto ya definitivo -si se cierra con éxito la negociación de la Unión Europea con la administración de Joe Biden-, nos sirva para abrir un nuevo horizonte más esperanzador», confía Ruiz de Galarreta. Porque en 2020 a la «limitación» de las entregas en Estados Unidos le ha acompañado «el desplome generalizado en las ventas» como consecuencia del cierre de la hostelería y las restricciones a la movilidad derivadas de la pandemia. Y no es que 2021 haya arrancado de mejor manera, porque las bodegas de Rioja han acusado una caída global en las ventas del 22% en enero en comparación con el primer mes del año anterior aun sin Covid, y en el caso de las exportaciones a Estados Unidos el batacazo ha sido muy superior, del 45%.

La Federación Española del Vino también aplaudía ayer la retirada momentánea de unas tasas que provocaron el pasado ejercicio, según sus cifras, una caída del 9% en valor y del 4,5% en volumen al sector bodeguero, además de una disminución de casi el 5% en el precio medio del vino que se exporta. La medida que impuso Trump ha afectado «gravemente» a casi el 90% de las bodegas, que han visto disminuida su facturación de manera «notable».