La venta de ITP a fondos de inversión puede endurecer el ajuste laboral
Rolls Royce negocia con cinco gestoras su desinversión en la empresa vasca, que persigue desde hace año y medio
Aunque la compañía aeronáutica vasca ITP Aero ha dado por cerrado su proceso de ajuste, tras acometer una reducción de empleo en buena parte de ... sus instalaciones -en el País Vasco ha supuesto una reducción de 208 puestos de trabajo, de los 600 que se han eliminado en el conjunto de la compañía-, la operación de 'adelgazamiento' puede tener continuidad a medio plazo. Algunas fuentes apuntan al inicio de la recta final en el proceso de venta de esta empresa, que pasaría de estar controlada por la británica Rolls Royce a manos de fondos de inversión. Un cambio sustancial en la propiedad que, aseguran fuentes del sector, puede provocar un nuevo proceso de ajuste para aumentar la rentabilidad.
LA CLAVE
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1.500 millones es el valor de referencia de la compañía
El temor no es sino una consecuencia habitual en las tomas de control de las grandes empresas por parte de los fondos. Si para Rolls la firma vasca tiene además de un interés económico genérico -obtener beneficios- un objetivo industrial -que actúe como proveedor prioritario y también como socio estratégico a riesgo en algunos programas de motores aeronáuticos-, en el caso de los fondos es la obtención de una plusvalía la única motivación. Esto es, adquirir la empresa y someterla a mejora acelerada de su rentabilidad, para desprenderse de ella en apenas unos años. Rara vez más de diez años, con preferencia a completar el ciclo en cinco.
Rolls puso el cartel de 'Se vende' sobre ITP a principios de 2018, apenas unas semanas después de hacerse con el 100% de las acciones tras adquirir a la ingeniería vasca Sener el 53% que estaba en sus manos. Los acuerdos internos obligaron a Rolls a esta compra, que no llegó en el mejor momento. Tras una negociación fallida con Indra, Rolls admitió el pasado mes de agosto que deseaba desprenderse de ITP, dentro de un proceso de desinversiones para obtener unos 2.300 millones de euros de liquidez. Las pérdidas cosechadas en los últimos ejercicios y sus dificultades financieras le obligaban a ello.
Fondos de inversión
Todo apunta a que cinco gestoras de fondos de inversión -Carlyle, CVC, Towerbrook, Onex y KKR-, según adelantó ayer el diario 'El Economista', han entrado en una puja final para hacerse con el control de ITP. Según fuentes del sector aeronáutico, la adquisición llevaría aparejada un contrato de largo plazo de la empresa con Rolls, ya que la firma británica tiene que mantener a ITP como socio en algunos modelos de motores de avión.
El precio de la operación es, indican las mismas fuentes, el principal problema sobre la mesa. Rolls Royce aspira a obtener al menos una valoración de la compañía similar a la que sirvió en 2016 para alcanzar un acuerdo con Sener. Esto es, una cifra en torno a los 1.500 millones de euros. La coyuntura añade elementos de suma y resta a esa valoración.
En diciembre Rolls decidió 'engordar' la empresa con nuevas actividades para hacerla más atractiva
proceso
Entre los primeros se encuentra la decisión de Rolls de transferir a ITP su planta de componentes de Hucknall, en Reino Unido -unos 600 trabajadores-, así como dejar en manos de la empresa vasca toda la fabricación de soportes de motores. Cuando Rolls anunció el pasado mes de diciembre esta transferencia de activos a ITP, todo el mundo interpretó que estábamos ante una 'operación capón': engordar para vender.
Vender en crisis
En el lado de la resta, sin embargo, se encuentra la profunda crisis en la que ha entrado el sector aeronáutico, como consecuencia de la pandemia provocada por el Covid-19. Los vuelos se han reducido de forma dramática, las compañías aéreas bordean la quiebra y han congelado sus órdenes de compra de nuevos aviones para los próximos años. Los estudios más optimistas no prevén una recuperación del tráfico hasta niveles premios a la pandemia antes de 2024. Además de las dudas sobre la recuperación de la solidez financiera de la aerolíneas, en el sector aeronáutico también existe la incertidumbre de que los viajes de trabajo van a reducirse de manera estructural, fruto de la nueva cultura generada por el confinamiento.
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