Uber no convence a Wall Street
Ls pérdidas del tercer trimestre colocan sus acciones por debajo de los 27 dólares, 18 menos que en su debut en Bolsa en mayo
E.C.
Miércoles, 6 de noviembre 2019, 18:11
Uber dista mucho aún de ser una empresa rentable. Lo dicen los resultados del último trimestre; la compañía de alquiler de vehículos con conductor que acaba de iniciar su actividad en Bilbao perdió entre julio y septiembre 1.162 millones, cifra que supone un incremento del 18% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior y eleva el total de pérdidas en lo que va de año a 7.410 millones. Un dato que ha castigado sus acciones, que, por debajo de los 27 euros por título, cotizan en su valor más bajo desde el debut de la compañía en Bolsa en mato.
Esta desconfianza del mercado muestras las dudas sobre la capacidad de Uber de hacer rentable un propio modelo de negocio con demasiados frentes abiertos. Para empezar, no ha convencido a las autoridades de todos los países donde ha intentado entrar y donde sí opera se cuestionan las condiciones laborales de sus conductores, a los que considera autónomos sin un salario mínimo. De hecho, en su propia casa, California, ya le han dado un buen varapalo. Allí, a partir del 1 de enero del 2020, estará obligada a considerar a los conductores como empleados. Si el ejemplo cunde los gastos laborales pondrían en jaque los planes de crecimiento de la compañía, que espera ser rentable ya en 2021.
Pero a ser un servicio tan polémico, no le falta competencia. En China no pudo con Didi Chuxing y al final acordó retirarse a cambio de una participación del 20% en la firma rival, un acuerdo que después ha repetido con matices en Rusia y el sudeste asiático con los competidores locales mejor posicionados tras haberse dejado en todos los casos mucho dinero en la batalla. En Estados Unidos se enfrenta a la también cotizada Lyft, que gana cuota de mercado pese a compartir modelo de negocio y tampoco será rentable hasta el año que viene, según sus propias previsiones. Uber aplaza los suyos hasta 2021.
Por otra parte, su imagen aún se resiente del escándalo que obligó a uno de sus fundadores, Travis Kalanick a dimitir en 2017 como consejero delegado después de que una investigación interna denunciara una gestión de recursos humanos que tapaba casos de discriminación y acoso, tanto sexual como psicológico. Las presiones de los inversores no se calmaron con los 20 despidos decretados por la compañía y la crisis (al menos dentro de casa) terminó con la salida de Kalanick.
Para consolidar la empresa, Uber ha llevado el uso de su plataforma tecnológica a otros servicios también ligados con la movilidad, como los patinetes eléctricos compartidos, la mensajería en bicicleta, la entrega de comida a domicilio y el coche autónomo (los robo-taxis). Y lo cierto es que sus ingresos mejoran; en el tercer trimestre llegaron a los 3.813 millones de dólares, lo que supone un incremento del 30%. El negocio de viajes en coche, generó unas ventas de 2.895 millones de dólares, un 19% más que el año pasado y cuenta ya con 99 millones de usuarios en las 700 ciudades de 63 países en las que opera. También crecen los los ingresos de Uber Eats, dedicada al reparto de comida, y de Uber Freight, su servicio de transporte de mercancías.
«Nuestros resultados este trimestre demuestran decisivamente la creciente rentabilidad de nuestro segmento de viajes en coche», señaló Dara Khosrowshahi, consejero delegado y cofundador en un comunicado argumentando la subida del 52% en el ebitda (al alcanzar los 631 millones de dólares ) ajustado de este área de negocio en el último año «que supera con creces nuestros gastos generales corporativos», aclaró. Una explicación que no convence en Wall Street.
El servicio competidor del taxi debutó en el parqué de Nueva York con valoración de 82.400 millones de dólares (73.388 millones de euros) y un precio por acción de 45 dólares. Fue la mayor salida a Bolsa desde el estreno del portal de comercio electrónico chino Alibaba en 2014 y también la mayor de una tecnológica estadounidense desde la de Facebook. El precio de salida era la cifra más baja de la horquilla prevista, que elevaba el precio de los títulos hasta los 50 dólares y daba un valor a la compañía de máximo de 91.500 millones. Esta cifra ya tenía un baño de modestia; los malos resultados de Lyft en el parqué acallaron a quienes valoraban Uber por encima de los 110.000 millones.
Pero ni quedándose en los 45 dólares por acción la firma logró mantener el tipo. Terminó la sesión en los 41,65 dólares.