Los rumores poco saludables invaden el IMQ
Econfidencial ·
La pelea interna en el seno del IMQ, la aseguradora vasca de salud, es de sobre conocida. Lleva ya dos años en plena efervescencia. Un ... colectivo de 1.170 accionistas divididos en cuatro bandos: los que quieren vender sus títulos sin trabas y al mayor precio posible porque ya están jubilados; los que quieren estabilidad a corto plazo pero desean tener la tranquilidad de poder vender en la próxima década porque en ese intervalo llegará su retirada profesional; los que quieren impedir que los médicos pierdan el control de la compañía y, por último, los que no saben muy bien lo que quieren. Estos últimos andan perdidos entre el romanticismo de lo que fue y ya no es, la atracción de cobrar 255.000 euros y la desconfianza en uno u otro bando.
Como la guerra se ha prolongado durante dos años y aparentemente está entrando en su recta final -los accionistas han sido convocados a una junta para optar por una entre dos opciones distintas de resolver el problema-, el ambiente de batalla final ha caldeado los ánimos. Son varios los chats creados por diferentes grupos de médicos accionistas de IMQ a través de redes sociales y con el objetivo de mantener 'prietas las filas' de cada bando, además de destilar consignas, opiniones y soflamas. Todo eso aderezado con algunas calumnias, un buen número de injurias y acusaciones variopintas. El hecho de ser médico presupone una formación elevada y vocación de servicio a los demás. Pero vistos algunos comentarios que se cruzan en esos chats, de la mano de conocidos especialistas y médicos de familia, también está claro que cuando se ponen en formato 'hooligan' se vienen arriba.
Hay acusaciones cruzadas y de todo tipo. Una de las más reiteradas apunta a que Ademi, la asociación que defiende el control por parte de los médicos, está convenientemente dirigida por quienes tienen intereses que superan a los del mero accionista o médico en ejercicio. Así, les achacan estar en manos de quienes tienen empresas que prestan servicios a IMQ, preferentemente en la clínica de Zorrozaurre, lo que les lleva a temer la pérdida de un negocio anual de muchos ceros si hay un cambio de control. Otro de los dardos que está de moda en los últimos días es asegurar que los actuales miembros del consejo de administración se han hartado de comprar acciones en el último año, a sabiendas de que se avecinaba una venta a precio elevado. Fuentes oficiales del IMQ aseguran que esto no responde a la realidad. Ganas de enturbiar, aseguran.
También hay cazas de brujas. Así, una de las cuestiones más reiteradas también en el último mes apunta a la posible existencia de comisiones en la operación de venta de las acciones sobre las que nadie es capaz de aportar la más mínima prueba. Y en la misma línea también se cuestiona de dónde saldrán los fondos para pagar las facturas de los intermediarios financieros y despachos de abogados -uno de cada en cada bando-, que llevan más de un año trabajando en esta guerra. Servicios, por cierto, habitualmente más caros que la medicina. Rumores poco saludables para una aseguradora de salud.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión