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Hablamos de sociedades modernas, de evolución y hasta de la generación Z, sin embargo el modelo económico que impera sigue basado en «coger, hacer y desechar». Este modelo se sustenta en que los recursos ambientales, materiales y energéticos, son, infinitos.

Sin embargo, el tiempo, pero sobre todo, las consecuencias, han puesto de manifiesto que este modelo no es sostenible, y que es necesario virar hacia otra forma de hacer las cosas que tenga en cuenta el carácter limitado de los recursos y el impacto medioambiental de la economía. Debemos tratar de conseguir una economía circular.

La economía circular se basa en reducir, reutilizar y reciclar, frente al coger, hacer y desechar. Algo que distintas empresas en el mundo nos afanamos cada vez más por aplicar y conseguir. Los primeros pasos hacia el cambio tienen como base la reutilización y la producción de envases a base de elementos reciclados. Por nuestra parte estamos concienciados desde hace años e inmersos en un cambio que llevará, por ejemplo, a la desaparición paulatina de las anillas que unen las latas. Actualmente, todos nuestros envases son reciclables; además, reducimos el material para producir cada envase y tratamos de que la mayor parte de los mismos sean reutilizables y contengan material reciclado. Queremos reducir el volumen de residuos que acumula nuestro planeta, y cuidar así nuestro bien más preciado, el medio ambiente. Y desde hace más de un año estamos liderando la estrategia 'Avanzamos'.

En los últimos años, nuestra fauna y nuestros mares han dejado de ser entornos limpios y puros, y han pasado a convertirse en verdaderos vertederos municipales. Colillas, latas, botellas, bolsas y redes forman parte del paisaje habitual de las costas. Y eso que la mayoría de la basura que llega al mar se acumula donde no la vemos: en los fondos y en el medio de los océanos. Las cifras son alarmantes, y es que, según la revista 'Science', cada año terminan en los océanos del mundo ocho millones de toneladas de residuos plásticos. Para que este futuro nunca sea una realidad debemos hacer fuerza en las tres R: reducir, reutilizar y reciclar. Las empresas tenemos una responsabilidad importante en esto.

Hay que limpiar los fondos marinos, y también hay que impedir que se ensucien, por lo que la labor de reciclaje en tierra, de reducción de consumo de materias, y de sensibilización general, en empresas para la fabricación y la reutilización, y en particulares, es esencial. Debemos sentir este tema como un problema común en el que todas y todos somos protagonistas y podemos conseguir un cambio importante y cada día más urgente y necesario.

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