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Los errores que casi todo el mundo comete con las tarjetas de banco caducadas

No se deben tirar a la basura ni al contenedor amarillo porque contienen materiales contaminantes

Jorge Murcia

Martes, 14 de mayo 2024, 00:22

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Las tarjetas bancarias, ya sean de débito o crédito, tienen su ciclo de vida. Una vez caducadas ya no sirven para hacer pagos y llega el momento de deshacerse de ellas. Sin embargo, en este proceso se suelen cometer dos errores que responden a creencias equívocas bastante extendidas.

Uno de ellos tiene que ver con la destrucción física del plástico. Se trata de una acción necesaria, ya que contiene información personal que, en manos de delincuentes, se puede utilizar de manera fraudulenta.

Quien más quien menos ha oído que la mejor forma de inutilizar una tarjeta es cortarla en trocitos con una tijera, poniendo especial empeño en las zonas donde figuran los datos sensibles: nuestro nombre, la numeración de la tarjeta, la fecha de caducidad, y el CVV. Ese número secreto con el que se completan las compras en internet.

Una vez cortada, lo frecuente es tirarla a la basura. Es un error, advierte el Banco de España (BdE), aunque se deposite en el contenedor de los plásticos. Según indica el supervisor en su portal del cliente bancario, las tarjetas se fabrican «a partir de varias capas de cloruro de polivinilo (PVC)».

Además, el resto de componentes, «como la banda magnética, el chip o la antena, utilizan materiales como aluminio, cobre, así como diversas tintas y pigmentos».

Por esa composición de plástico y otros materiales metálicos, las tarjetas están consideradas un residuo electrónico. Y como tal, se deben depositar en el punto limpio más cercano. «No debemos tirarlas a ninguno de los contenedores de residuos urbanos, ni siquiera al amarillo de plásticos y envases)», añade el BdE.

Pero lo más práctico es acudir a la oficina bancaria y entregarla allí. «Así te aseguras de que la gestión y posterior reciclaje se hará de forma confidencial y respetuosa con el medio ambiente», explica el supervisor bancario.

Algunos bancos recomiendan meter la tarjeta en el cajero automático. La máquina detectará que está caducada y ya no la devolverá. Además entregará un justificante de la operación.

Las entidades financieras tienen automatizada la renovación de las tarjetas, de manera que siempre con cierta antelación avisará al cliente y le enviará una nueva por correo postal.

Hay bancos que ponen en marcha procesos de reciclaje para reaprovechar los materiales y fabricar nuevas tarjetas. O incluso objetos de mobiliario urbano, como por ejemplo bancos o maceteros. Además de ese plástico reciclado, se utilizan también materiales más ecológicos, como el almidón de maíz.

Actualizar datos de pago

Hay un segundo error frecuente que se comete una vez sustituida nuestra tarjeta por una nueva. El Banco de España recuerda que, si hemos facilitado esa tarjeta para pagos mensuales recurrentes -algo muy habitual hoy en día, por la multitud de servicios y plataformas a las que estamos suscritos- «deberás actualizar uno a uno los datos en la sección de facturación para evitar problemas de suspensión o cancelación de los servicios».

Aunque la nueva tarjeta suele tener la misma numeración que la antigua, lógicamente cambia la fecha de caducidad, pero también el CVV, esa numeración de tres cifras que también hay que incluir a la hora de suscribirse a cualquier tipo de servicio, o al hacer compras 'online'.

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