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jorge murcia
Bilbao
Lunes, 15 de abril 2019
Mucha ropa que ya no se usaba pero en perfectas condiciones, poco espacio en casa, una buena idea y 3.000 euros. De la conjunción de estos factores nació en 2015 Micolet, un portal web para la venta de moda femenina de segunda mano fundado por dos jóvenes emprendedores vizcaínos. Lo que inicialmente surgió como un proyecto sin excesivas pretensiones se ha convertido, cuatro años después, en una pujante empresa con medio centenar de empleados, dos millones y medio de facturación y, lo que es más importante, un ambicioso plan de expansión más allá de las fronteras españolas.
Micolet surgió «casi por casualidad», a raíz de un problema común en muchos domicilios. La pareja de José María del Moral, uno de los socios, tenía la casa «llena de ropa y complementos que ya no utilizaba pero que estaban en buen estado», explica Aritza Loroño, el otro miembro fundador de la empresa. Esa necesidad de dar una segunda vida a la ropa fue además «una respuesta al auge del comercio electrónico, el interés por la moda y la concienciación medioambiental». Sin embargo, «no encontraba la manera de poner a la venta todos esos artículos sin necesidad de ocuparse de todas las gestiones que ello conlleva, una tarea que al final requiere mucho tiempo», recuerda Loroño.
Finalmente dieron con la fórmula del éxito. Consiste en recoger ropa de segunda mano, la gran mayoría procedente de particulares. Un mensajero la hace llegar hasta un almacén central, donde el personal de la empresa decide si es apta o no para la venta en la web. Si lo es, realizan una valoración económica y se la trasladan al donante. Si está de acuerdo, su ropa o complemento será compartido en la página web, y Micolet se quedará con el 25% del precio al que se venda. El objetivo, señalan desde la empresa, «es vender la ropa y accesorios en el menor tiempo posible y al precio más competitivo».
El negocio funcionó tan bien desde un principio que logró captar la atención de 800.000 usuarios en España. Entre ellos, muchas «'influencers', modelos y actrices de renombre» como Kira Miró, Cayetana Guillén Cuervo, Berta Collado o Mónica Hoyos que ponen su ropa y complementos -muchos de ellos previamente donados por las marcas- en el 'marketplace' de Micolet.
El siguiente paso en la corta y veloz vida de Micolet fue el de la internacionalización. El pasado año expandió su negocio a Francia, Portugal, Reino Unido, Italia y Alemania. Loroño destaca que la empresa obtiene sus mejores resultados en aquellos países «donde existe un mayor interés por la moda, como Francia, donde el ritmo de crecimiento es del 50% mensual». A su juicio, la clave del éxito es contar con «el 'mix' perfecto para nuestros clientes: cuidar el medioambiente, ganar dinero e ir a la moda».
El éxito de la expansión por el Viejo Continente ha dejado pequeño el 'armario' de Micolet, un almacén de Basauri de 1.000 metros cuadrados que recientemente ha sido sustituido por otro de 4.000. Allí recogen un máximo semanal de 10.000 prendas llegadas desde todos los puntos de España, y que una vez vendidas serán enviadas a alguno de los seis países europeos en los que operan. Y a lo largo de este año serán otros dos, porque Micolet se ha fijado el objetivo de entrar en Polonia y Holanda. Como consecuencia del plan de internacionalización, los responsables de la empresa esperan que la facturación se multiplique por cinco para 2020.
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