Trabajadoras del hogar, cuatro meses y medio de espera para cobrar un subsidio
Una empleada del hogar en Sevilla ha sido la primera de este colectivo en recibir la ayuda este jueves, 30 de julio
Una trabajadora del hogar de Sevilla ha sido la primera de este colectivo en España en cobrar el Subsidio extraordinario para personas empleadas del hogar del Servicio Público de Empleo (SEPE) este jueves. Aunque aún ha resuelto favorablemente su solicitud, ya le ha adelantado el dinero. Esta es, sin duda, una buena noticia para las trabajadoras del hogar, pero no lo es tanto por la fecha en la que se da: 30 de julio, cuatro meses y medio después de que se decretara el estado de alarma. «Llega muy tarde y las formas tampoco han sido las adecuadas», señala Lorea Ureta, militante de la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia (ATH/ELE).
ATH ofrece asesoramiento jurídico a las empleadas del hogar y desde que comenzara la crisis del Covid-19 ha atendido numerosas consultas por suspensión de contratos, despidos... «Ha habido falta de información de las administraciones para orientar a las empleadoras y a la empleadas», destaca Ureta. Durante la pandemia «a muchas las mandaron para casa sin saber si las iban a readmitir. Han quedado en el limbo».
«La administración no piensa en las trabajadoras del hogar, que no cuentan con una asesoría que tramite su solicitud de la ayuda»
Lorea Ureta (ATH/ELE)
Si la espera para cobrar los ERTE se ha hecho larga, en el caso del subsidio para las trabajadoras del hogar está siendo eterna. Parte del problema está en la demora del Gobierno en presentar esta ayuda. «Se anunció el 1 de abril y el plazo para solicitarlo se abrió el 5 de mayo, mes y medio después del estado de alarma». Además, la ayuda excluye a todas aquellas trabajadoras que no estaban dadas de alta en la Seguridad Social el 14 de marzo, por lo que muchas se quedarán fuera.
El papeleo para solicitar el subsidio es además muy farragoso, «tanto que hemos tenido que estudiar para completarlo», apunta Ureta, lo que evidencia que, una vez más, la administración «no piensa en estas trabajadoras, que no cuentan con una asesoría que rellene esos papeles». El proceso también requiere de la colaboración de la parte empleadora, «algo un poco complicado cuando se ha producido un despido que ha tensado la relación entre las dos partes».
Trabajando las 24 horas
En definitiva, el panorama ha sido «desolador». «La mayoría de las trabajadoras ha seguido trabajando, pero a muchas de las internas no las dejaban salir por miedo a que la Ertzaintza las parara en el trayecto al trabajo y la administración supiera que empleaban a una persona sin papeles». Estas empleadas se han visto en una situación dramática, trabajando las 24 horas los siete días de la semana.
El futuro post-Covid tampoco parece muy esperanzador para las trabajadoras del hogar, al menos a corto plazo. «Ahora es más complicado encontrar empleo y vemos que las condiciones laborales de esos nuevos trabajos han empeorado», explica Ureta sobre un sector en el que «no hay ningún control por parte de Inspección de Trabajo». Con todo, espera que esta situación no se cronifique, aunque para ello hace falta «voluntad política de las administraciones», concluye.