La Seguridad Social pierde en Euskadi casi 12.000 afiliados en la primera quincena del mes

Y todo apunta a que, a pesar del magnífico comportamiento del turismo durante este verano, el primero sin restricciones desde que comenzó la pandemia, el descenso continuará. Así lo hizo saber ayer el Ministerio de Seguridad Social, que publicó un mal presagio: agosto cerrará con 187.000 afiliados menos en España.

970.258son los cotizantes que la Seguridad Social tenía registrados el pasado martes en el País Vasco, 16.923 menos que el récord alcanzado en junio.

El avance del departamento que dirige José Luis Escrivá apunta así al mayor retroceso de un mes de agosto desde el mismo de 2019, cuando se borraron de la lista de ocupados cerca de 213.000 cotizantes. En agosto de 2020, el dato creció en 6.822, mientras que en el de 2021 se perdieron 118.000 afiliados.

Pese a la caída prevista, hay cifras que aún apuntan a la resiliencia del sistema en medio de un escenario complejo por la guerra de Ucrania y la desbocada inflación. Por ejemplo, el mal dato no impedirá que éste sea el quinto mes consecutivo en el que España se mantenga por encima de los 20 millones de afiliados.

El equipo que dirige Escrivá destaca, además, los datos de afiliación desestacionalizados, que reflejan la tendencia del sistema sin tener cuenta el impacto de factores estacionales, como puede ser la campaña de verano. En esos términos, el ministerio apunta a que el sistema cerrará agosto con 65.000 nuevos afiliados. Y con este nuevo incremento se habrán sumado 340.000 empleos desde el comienzo del año y 700.000 afiliados desde agosto del año pasado, cuando se alcanzaron los niveles prepandemia.

El Ejecutivo destaca también la mejora en la calidad del empleo a raíz de la entrada en vigor de la reforma laboral, con un desplazamiento de la contratación hacia fórmulas indefinidas. Así, el 81% de los afiliados del conjunto del país en agosto presentaban un contrato indefinido. Entre los menores de 30 años el porcentaje llega al 65%.

Desafortunadamente, las previsiones económicas para el resto del año no son buenas, ya que se espera un frenazo, e incluso una recesión, que se acabará trasladando al empleo.