El sector de la educación manda al paro a casi 12.000 trabajadores en verano

Curiosamente el segundo sector que más ha sufrido en verano es la hostelería. En mayo contaba con 70.259 afiliados a la Seguridad Social y en agosto no llegaba a los 65.000, en concreto 64.836. Esta paradójica pérdida de más de 5.400 cotizantes está ligada al ámbito de educación en actividades como los comedores escolares.

Esta destrucción de empleo obedece a diferentes causas: vencimiento de contratos de sustitución y otros eventuales junto con el envío al paro de los fijos discontinuos, una modalidad de contrato reforzada en la reforma laboral que se aplica en las academias, servicios de comidas y de transporte escolares, profesores de extraescolares, monitores... En los meses de verano los trabajadores se van a al paro y tienen derecho a la prestación, pero no se contabilizan como desempleados porque supuestamente volverán a ser llamados en septiembre.

La casuística es amplia. En el colectivo de los profesores de enseñanza reglada no se aplican los contratos fijos discontinuos (hay una sentencia de la Audiencia Nacional que lo prohíbe). En el ámbito público, a los interinos que cubren un curso completo se les da de baja el 31 de agosto y de alta al día siguiente, 1 de septiembre. Solo en el caso de que hagan sustituciones esporádicas y no lleguen a los 165 días de trabajo en el curso se quedarán sin sueldo en verano. Le pasó a Irati. «Me quedé fuera solo por unos días. Cubrí cuatro bajas diferentes en el año, pero no sumé los 165 días por poco», explica. Es una situación denunciada repetidamente por los sindicatos, según explica Nagore Iturrioz, de Steilas.

A los que llegan a los 165 días se les hace un contrato de verano, del 1 de julio al 31 de agosto. En la concertada no hay esa prerrogativa. Se puede saltar de una sustitución a otra y pasar el verano en el paro. «A mí me pasó en los años del covid, cuando fui cubriendo una baja tras otra, aunque tuve suerte porque trabajé casi de forma ininterrumpida», apunta Luis, un joven profesor. Eso sí, cuando se hace el curso completo el contrato abarca normalmente del 1 de septiembre al 31 de agosto.

Al margen de la finalización de contratos eventuales, una de las principales causas del descenso de cotizantes en educación y hostelería durante el verano viene de la suspensión de contratos fijos discontinuos, según apunta Irati Tobar, de LAB. Los afiliados a la Seguridad Social en este régimen sumaban en mayo casi 30.000 personas y al cierre de agosto apenas llegaban a 12.000. Por tanto, más de la mitad de los trabajadores con este tipo de contratos se van al paro en los meses estivales y vuelven al sistema con el nuevo curso. Gran parte de ellos pertenecen a la educación y a la hostelería. «Los fijos discontinuos se aplican en las academias, en los comedores escolares, el transporte escolar, profesores de extraescolares... En algunos casos están en paro tres meses, de junio a agosto», señala Pompeyo Herrera, de Asesoría Algorta.

Según lo datos de Lanbide, al cierre de agosto se contabilizaban 14.400 trabajadores fijos discontinuos en el paro. De ellos, más de 3.810 pertenecían a los servicios de comidas y bebidas y 2.717 a educación. El Gobierno central anunció el lunes que controlará a través de la Inspección la correcta aplicación de esta modalidad contractual.