«Con Rolls el centro de decisión de ITP estaba fuera, ahora está en el País Vasco»
Asegura que se mantienen las conversaciones y no descarta que el Estado se sume como accionista
Se define como «medio vasco por razones matrimoniales». También tiene su trascendencia que estudiase la carrera de Derecho en la Universidad de Deusto y asumiese ... a finales de septiembre la presidencia de una de las 'joyas de la corona' de la industria de Euskadi. El fondo norteamericano Bain, nuevo propietario de ITP Aero -la empresa que tiene su sede en Zamudio y fabrica componentes para motores de aviación-, le ha situado como hombre de confianza. Ha sido vicepresidente y primer ejecutivo de La Caixa, consejero delegado del Banco Sabadell y director general del Banco Santander. Asegura que no existe riesgo alguno de deslocalización de ITP, que más bien al contrario ahora sí que la compañía tiene independencia y que el futuro estará presidido por el crecimiento y la incursión en nuevos negocios.
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- Desde que el fondo Bain adquirió la empresa, hace ya algunos meses y tras el acuerdo para que entre también el Gobierno vasco, persiste la idea de que el accionariado está incompleto. ¿Habrá nuevos accionistas nacionales?
- El accionariado está prefijado en cuanto a pesos. Es conocido que hay un acuerdo con el Gobierno vasco y también que se ha pactado con el Gobierno español que haya otros accionistas nacionales. Esta empresa tienen unas características especiales y no son acuerdos ordinarios.
- No suele negociarse con los gobiernos su entrada en el accionariado, efectivamente.
- El Gobierno vasco tenía el deseo de hacerlo y nos ha parecido bien. En cuanto al Gobierno español, no hay que olvidar que ITP Aero tiene una componente de defensa muy importante. En grandes números es el 25% de nuestra facturación y como todo el mundo sabe hay un programa de futuro, el EFCAS, que es importante. Por todo eso habrá una representación española en el accionariado.
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Accionistas
- Se han manejado muchas opciones en torno a la composición del accionariado. Está ahí el culebrón sobre la entrada de Indra. Pero, ¿puede ser el propio Estado quien tome las acciones, quizá a través de la Sepi?
- No lo sé, pero es una opción. Es algo que debe decidirse aún.
- Es curioso, porque la norma general es que cuando un gobierno interviene en una empresa... hay que echarse a temblar.
- Pero es que cuando tienen intereses en el sector de defensa no solo es inevitable sino que es conveniente. Un programa como el EFCAS, que incorpora el futuro avión de combate de España, Francia y Alemania, es una inversión estratégica y que se va a pagar con dinero público. Lo que ahí está en juego en términos de tecnología e innovación es impresionante
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- No le resultarán ajenos los temores que siempre se suscitan cuando hay un cambio de propiedad. Me refiero a la deslocalización de la producción o, más trascendente aún, al centro de decisión.
- Pues en este caso le puedo asegurar que sucede todo lo contrario. Mire, hasta ahora había determinadas funciones que la empresa ni siquiera desarrollaba por su cuenta. La auditoría interna, por ejemplo, o la política de cumplimiento, que se controlaban desde Reino Unido, desde Rolls. Hemos contratado gente porque ahora lo tiene que hacer ITP. Con Rolls como dueño el centro de decisión estaba fuera, ahora está en el País Vasco.
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«Si estás en el sector de la defensa es conveniente tener una relación estrecha»
- ¿La salida a Bolsa es el final lógico cuando Bain decida irse de la empresa?
- Bueno... acabamos de llegar.
- Siempre hay que mirar al futuro...
- La verdad es que no es algo que esté sobre la mesa ni que se haya prefijado.
Crecer, una necesidad
- Cuando Bain planteó esta compra se especuló con una estrategia de crecimiento por la vía de comprar otras. ¿Tienen ya algo claro en este sentido?
- Por definición toda empresa tiene que tener como objetivo crecer. Insisto, sin deslocalización del centro de decisión y teniendo en cuenta que la mitad de la plantilla está en el País Vasco. Pero sí, estamos muy atentos a nuevos desarrollos.
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- Imagino que si ha aceptado la presidencia de esta empresa es porque considera necesaria la industria de defensa.
- Sin duda, aunque admito que cada uno pueda tener su opinión. Creo que la defensa es necesaria para preservar los valores democráticos y constitucionales, y también una defensa exterior porque no podemos obviar que el mundo vive en conflicto. Desde la invasión de Ucrania es evidente que el fin de la industria armamentística es una utopía maravillosa que, desgraciadamente, la realidad no nos permite construir.
«No todos son iguales. Representan a muchos pequeños ahorradores y tienen una función social»
- ¿Es usted un enamorado de ese concepto que se maneja mucho últimamente, quizá porque se intuye un peligro, de reforzar la soberanía tecnológica?
- Por supuesto pero con una visión estratégica hay que hacerlo mediante conglomerados. Los desarrollos de términos de innovación y tecnología nunca son posibles si eres una cosa pequeñita. Y la industria ligada a la defensa aporta enormes derivadas positivas para la vida civil. Pero esto se consigue con coordinación entre varios países.
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Despegar de nuevo
- Cuando comenzó a hablarse de la venta de ITP por parte de Rolls, el Gobierno español también se planteó la posibilidad de impulsar eso que se denomina 'un campeón nacional', una empresa grande y líder indiscutible. ¿Es un objetivo a perseguir?
- Como concepto sin duda, tiene racionalidad económica, y en el sector de defensa es vital.
- El sector aeronáutico lo ha pasado muy mal con la pandemia. Pero entran ustedes en recuperación...
- Sí, es evidente. Se ha recuperado con más fuerza el avión de pasillo único, que es el del recorrido más corto. También es el que tiene un reto más claro en el futuro, porque debido a la transición energética va a sufrir más competencia de la mano de los trenes de alta velocidad. El de doble pasillo, que es donde en la actualidad somos más fuertes, también está recuperándose. Cada dos minutos despega en el mundo un avión que lleva un motor en el que ha participado ITP. Pero también hay otros vectores de crecimiento, porque camino de la descarbonización se abren opciones como fabricar motores más eficientes, con combustibles que no proceden del petróleo. Y también motores eléctricos y de hidrógeno. Hay un futuro muy ambicioso para la innovación.
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