Juan María Nin. Mireya López

El presidente de ITP asegura que no ser una filial de Rolls «nos va a permitir crecer»

Juan María Nin se muestra partidario de la desaceleración económica para combatir la inflación

Martes, 14 de febrero 2023, 10:53

«El accionariado es el que es. De ser una filial de una firma británica ahora es una empresa que tiene vida propia y abre ... su campo de actuación a todos los fabricantes mundiales, en una sana competencia. Se abre una ventana de crecimiento», ha manifestado el nuevo presidente de la compañía aeronáutica vasca ITP, Juan María Nin, en su primera comparecencia pública tras ser nombrado para el cargo el pasado mes de septiembre, una vez consumada la toma de control de la empresa por parte del fondo de inversión norteamericano Bain. Así, ha dado a entender que haberse desgajado de su anterior propietario, la multinacional británica Rolls Royce, le va a permitir tener un campo de actuación más amplio. Nin ha intervenido en un foro organizado por la Alumni de la Deusto Business School.

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«Mi ilusión es consolidar una joya empresarial, con un crecimiento sostenible. Es un ser vivo y crecerá porque las bases son excelentes», ha manifestado el presidente de la compañía dedicada a la fabricación de componentes para motores de aviación. «En el País Vasco, una empresa como ITP produce un círculo virtuoso de alimentación permanente. No hay manera de progresar en la fabricación de turbinas sin una excelente formación profesional de los trabajadores. Eso lo tenemos, pero la exigencia pone presión en el sistema educativo», ha apuntado para poner en valor el efecto que la firma tiene en el entorno económico de Euskadi.

En torno a la situación macroeconómica, Nin se ha referido a «la gran crisis económica de 2008» y al efecto «tóxico» que ha generado la inyección masiva de liquidez en la economía y la pérdida de respeto por la deuda. La invasión de Ucrania, el alza de precios de las materias primas y el alza generalizada de precios nos ha situado, ha apuntado, «en un escenario de inflación disparada». De ahí que las autoridades monetarias han adoptado la decisión de «provocar una recesión» para sortear «la inflación que todo lo destruye», aunque ello, ha matizado, «signifique que todos somos un poco más pobres».

Ha llamado la atención sobre el riesgo de incrementar la deuda pública como vía para intentar soslayar la crisis y la actual desaceleración de la economía. «Aprendimos en la crisis del 2008 que los infartos de deuda soberana se producen de una semana a otra», ha señalado, de ahí que se ha mostrado confiado en que los mecanismos de control de la Unión Europea. «Necesitamos un comportamiento recto por parte de los gobiernos en torno a la deuda», ha reclamado.

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«No cabe ajustar una oferta a una demanda hinchada», ha señalado para mostrar su respaldo a la estrategia de subida de tipos de interés y de reducción de la liquidez que aunque puede provocar una recesión moderada es, ha matizado, «una buena enseñanza para generaciones futuras como demostración a generaciones futuras de que somos capaces de sufrir los rigores que nos impone la corrección de los excesos del pasado».

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