La polaca Pesa planta cara al consorcio vasco y presentará una opa por el 100% de Talgo
La india Jupiter Wagons también quiere seguir esta vía, lo que obligaría a una intervención de Moncloa para salvar la opción de Sidenor
El fondo polaco PFR, propietario de la empresa Pesa, ha confirmado públicamente que presentará una opa por el 100% de Talgo plantando cara de esta ... forma al consorcio vasco liderado por Sidenor y que cuenta, además, con el apoyo de los gobiernos central y vasco. Hay partido y no será precisamente a dos porque la india Jupiter Wagons, como ha ido explicando estos días EL CORREO, también tiene intención de seguir estos pasos y lanzar su propia opa en cuestión de días, lo que complicaría todavía más la opción encabezada por el industrial vasco José Antonio Jainaga, junto al Gobierno vasco –a través de Finkatuz–, la BBK –que acaba de sumarse pese a las reticencias iniciales– y la Fundación Vital.
De momento, el que acaba de mover ficha es Pesa. En su comunicado, la compañía controlada por el Gobierno de Polonia evita en todo momento ir al choque con las instituciones locales reiterando su compromiso con Euskadi al reconocer «la relevancia de las raíces vascas de la compañía» y anunciando que buscará «una colaboración fructífera con la comunidad del País Vasco tras la posible transacción».
Y es que el desarraigo de una compañía tractora como Talgo es un auténtico quebradero de cabeza para el Ejecutivo autonómico de Imanol Pradales y que ve cómo el riesgo de deslocalización de otra gran empresa vasca es demasiado real. Pero el mercado es el mercado. Talgo es una empresa cotizada bajo control de un fondo de inversor británico, Trilantic, que busca vender al mejor postor el porcentaje (no llega al 30%) que tiene en la compañía.
¿Y ahora, qué? La cuestión es que el consorcio vasco no tiene suficiente fuerza financiera y limita su oferta al 29,77% de las acciones de Talgo (porcentaje con el que se evitan presentar una opa) frente a la compra total que planean polacos e indios. Son los títulos que están bajo el control del principal dueño del fabricante de trenes, el fondo inversor Trilantic, que quiere vender desde hace más de tres años. Su paquete accionarial está incluido en la sociedad denominado Pegaso, que cuenta con el 40% de la compañía y en el que también participan la familia Oriol y Torreal.
En su comunicado, los polacos insisten en el plan industrial para Talgo y en la capacidad que tienen para afrontar inversiones tras la adquisición, así como para abrir nuevos mercados. Sostienen que planean crear valor para Talgo a muy largo plazo apoyando el crecimiento y aumentando la escala del negocio, a la vez que mantienen la capacidad industrial de la empresa y la producción en España. Además, PFR, subrayan, proporcionaría una solución de gran valor para las actuales necesidades de la firma en lo relativo a su capacidad industrial, con la ampliación inmediata de su potencial de producción, a la vez que mantendría la carga de trabajo actual de sus fábricas en España. Un mensaje con el que buscan tranquilizar a las autoridades locales, que se han posicionado sin ambages en favor de Sidenor.
El precio de la oferta es, como ocurre con la alternativa de Jupiter Wagons, una cuestión que no se desvelará hasta la presentación de la misma. Fuentes del mercado aseguran a EL CORREO que tanto la polaca como la india superarán en precio a la oferta vasca rozando los 5 euros. Además, también mejorarán el planteamiento del consorcio liderado por Sidenor porque abarcan al 100% de los accionistas, lo que equivale a unos 619 millones.
Respaldo político
Todo se está precipitando. El miércoles, Sidenor elevó su oferta de 4 euros por acción a 4,15 –153 millones por el 27,9% de las acciones– pudiendo llegar a los 4,8 –177 millones– en función de los resultados de la empresa en 2026 y 2027. A falta de capacidad financiera, el respaldo político es el principal argumento de Jainaga, como quiso evidenciar en su día el propio ministro de Transportes, Óscar Puente, fotografiándose con él en una visita sorpresa a la planta de Basauri de la factoría.
Cuenta con el apoyo de los Ejecutivos central y vasco, por ser la vía «del arraigo» y la que garantiza la españolidad de Talgo. En Euskadi la movilización de recursos institucionales y públicos –aportaciones del Gobierno vasco y las de las fundaciones bancarias– suman 110 millones, una inyección para una empresa privada sin precedentes en los últimos 20 años y que casi duplica los 65 millones que el Ejecutivo autonómico destinó a ITP.
Así las cosas, y con Pesa y Jupiter determinadas a hacer una oferta por el 100% de Talgo, la única fórmula de garantizar el éxito vasco de la toma de control de Talgo pasa por una intervencion del Gobierno de España. Moncloa cuenta con el escudo 'antiopas' para vetar una operación extranjera. Lo hizo con la opa húngara de Magyar Wagon el pasado agosto alegando un informe del CNI por sus lazos con Rusia. Ahora, todo es más difícil.
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