Los permisos de trabajo a extranjeros superan los 10.000 en Euskadi, récord de la última década
Pese al aumento, los empresarios se quejan de las trabas y negociarán este mes el impulso a la contratación en origen
En la envejecida Euskadi, que ya tiene más trabajadores mayores de 55 años que menores de 35, hacen falta inmigrantes en el mercado laboral y, ... de hecho, los extranjeros han ocupado gran parte de los puestos generados en los últimos ejercicios. Sin embargo, su contratación sigue siendo un auténtico calvario que les condena a ellos a trabajar en 'negro' durante años hasta conseguir los papeles y a las empresas a esperar con miles de vacantes sin cubrir. La reforma impulsada por el exministro de Seguridad Social José Luis Escrivá en el verano de 2022 supuso un impulso notable hasta el punto de que las autorizaciones de trabajo a extranjeros están en niveles récord en una década, al superar las 10.000 hasta octubre. Pero todavía quedan muchos obstáculos por despejar.
La cifra de permisos de trabajo concedidos en el País Vasco (incluye renovaciones) se disparó un 51% en 2022 y este año ha seguido creciendo aunque a un ritmo mucho más moderado del 5%. Las autorizaciones incluyen diversas vías como la contratación en origen (directamente en el país) o las diversas fórmulas para regularizar a los inmigrantes que ya se encuentran en Euskadi como el arraigo social, el laboral o el de formación, en los que se exigen dos o tres años de empadronamiento previo.
La estadística del Ministerio de Trabajo no da detalles sobre la evolución de las diferentes modalidades pero todas las partes consultadas coinciden en que el empuje que Escrivá quería dar a la contratación en origen no ha dado todavía resultado. Esta vía es supuestamente la más ordenada porque permite traer a los extranjeros de forma regular, ya con papeles y contrato. Pero ha estado muy limitada porque solo se puede aplicar para los temporeros agrícolas y para una serie de profesiones acotadas en el denominado Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura, en las que supuestamente está comprobado que hay déficit de autóctonos preparados para cubrirlas. Hay alguna otra opción, aunque todavía más complicada.
«Nos hemos centrado en ayudar a la regularización de los que ya están aquí con varios programas»
Durante años los únicos oficios que aparecían en el citado catálogo eran los de 'deportistas y entrenadores' o una lista relacionadas con la tripulación de barcos como 'frigoristas navales' o 'contramaestre de cubierta'. El Ministerio de Escrivá, urgido por las quejas de falta de profesionales de las empresas, abogó por ampliarlo pero se encontró con el frontal rechazo del Ministerio de Trabajo, liderado por Yolanda Díaz, que se alineó con las tesis de los sindicatos: no hay escasez de trabajadores sino malas condiciones laborales, y primero hay que dar salida a los parados locales. Finalmente, en el verano del pasado 2023, se amplió por primera vez en décadas el catálogo con seis profesiones, relacionadas especialmente con la construcción: carpinteros metálicos, montadores de carpintería metálica, instaladores electricistas de vivienda, instaladores electricistas en general y diferentes operadores de grúa.
Eso fue en verano y al cierre de noviembre apenas se habían registrado 29 contratos en toda España y las empresas habían presentado 257 solicitudes. Para los sindicatos que están en la denominada Comisión Laboral Tripartita de Inmigración, en la que se debate el catálogo, es una prueba de que la demanda no era tanta. «El parto de los montes ha sido un ratón», señala José Antonio Moreno, de CC OO, que admite que puede haber una dificultad en los trámites. Insiste, sin embargo, en que la falta de trabajadores se debe a las malas condiciones y también en que hay que priorizar a los parados.
La patronal vizcaína del Metal (FVEM), que acaba de publicar un estudio en el que advierte de que un 44% de las empresas deja de cubrir vacantes por falta de candidatos, aporta otra visión. «Necesitamos profesionales y recurrimos a todas las opciones para atraerlos. Pero la contratación en origen es un camino nuevo, muy complicado, que implica unos trámites de Extranjería (reclutamiento, visado, contrato...) que se alargan más de siete meses. ¿Qué pyme puede permitirse ese esfuerzo?», apunta su director gerente, Adolfo Rey.
«Necesitamos atraer inmigrantes formados por todas las vías posibles, pero hay muchas trabas»
La Federación asegura que hay ofertas con buenas condiciones laborales pero que no se cubren por falta de personas con la formación adecuada. «Necesitamos electricistas, pero el 40% de las plazas de Grado Medio en FP para esta especialidad se quedan vacías y en el Grado Superior el porcentaje llega al 60%. Por otro lado, las personas que ahora están en el paro están muy alejadas del sector industrial», explican.
En Confebask ahondan en este punto. «Tenemos un récord histórico de empleo y el paro está en mínimos, sin olvidar que el 70% de los parados solo tienen estudios básicos. Pero incluso aunque todos se recualificaran, necesitaríamos atraer extranjeros con formación por la demografía», apunta Carlos Pereda, responsable de Empleo en la patronal.
Los empresarios abogan por impulsar todas las vías posibles, incluida la contratación en origen y están expectantes ante la primera reunión de los agentes sociales con Lanbide para debatir cómo ampliar el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura en Euskadi. «Será a mediados de este mes», explica Pereda. Confebask pretende incorporar todos esos perfiles para los que no se encuentran profesionales (ingenieros, fabricación mecánica, mantenimiento industrial...), pero sabe que no será fácil. «Se necesita que en la mesa de diálogo haya unanimidad para introducir un determinado oficio en la lista provisional que nos llega del servicio público de empleo y luego la propuesta se devuelve a Madrid para su ratificación», añade.
«No hay un problema de falta de trabajadores sino de malas condiciones laborales»
Regularizar a los que ya están
El director de Lanbide, Francisco Pedraza, explica que el organismo público se ha centrado más en apoyar las vías «que permiten regularizar a los inmigrantes que ya están en Euskadi». Entre ellas está la nueva fórmula del arraigo por formación, que permite al inmigrante conseguir los papeles si realiza un curso, aunque cumpliendo unos requisitos que no son fáciles: tiene que acreditar previamente dos años de residencia en el país y después de hacer la formación debe lograr un contrato por el Salario Mínimo Interprofesional en cómputo anual (15.896 euros) en aquello en lo que se ha preparado.
El arraigo por formación recorta en un año los tres de residencia previa que se necesitan para el arraigo social (la vía más común hasta ahora), que también requiere de un contrato por el SMI en cómputo anual. «En Lanbide hemos realizado proyectos piloto en las dos modalidades con mucho éxito. En el arraigo por formación hicimos un programa con la asociación de hostelería de Gipuzkoa y el resultado fue muy bueno. En los dos próximos años lanzaremos convocatorias para facilitar el permiso de trabajo a 900 inmigrantes», apunta Pedraza.
No obstante, se acaba de sumar un nuevo problema. Desde el 1 de enero es obligatorio cotizar por todas las prácticas y esto deja fuera a los inmigrantes sin papeles. Pedraza explica que afecta a los certificados profesionales y que se está buscando una solución.
El abogado especialista en Extranjería Javier Galparsoro considera que la reforma de Escrivá, con la creación de figuras como el arraigo por formación, ha supuesto un avance pero no ha resuelto el gran problema: «¿De qué viven los inmigrantes durante esos años de empadronamiento que les exigen?». Y él mismo responde: «Es una situación que propicia abusos y explotación».
Modalidades
-
Contratación en origen. Contratar a los extranjeros en su país está retringido. Tienen que ser profesionales del Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura o que la empresa ponga una oferta en Lanbide y que nadie en Euskadi la cubra.
-
Arraigo social. Es la vía más común para regularizar a inmigrantes que ya están aquí. Exige acreditar tres años de empadronamiento previo y presentar un contrato por el salario mínimo (15.896 euros) en cómputo anual.
-
Arraigo familiar. Los extranjeros que tienen lazos familiares con ciudadanos españoles pueden obtener el permiso de trabajo.
-
Arraigo por formación. Requiere dos años de residencia previa, hacer un curso y conseguir un contrato por el salario mínimo relacionado con la formación.
-
Arraigo laboral. Requiere dos años de residencia previa y demostrar seis meses de trabajo. Para ello se recurre al 'truco' de pedir el asilo, a sabiendas de que lo van a denegar, y usar el permiso provisional que se otorga.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión