El agujero generado por el País Vasco supone más del 13% del nacional

Para hacer frente al déficit, el Ministerio encabezado por José Luis Escrivá, a través de las reformas aprobadas, ha ido cubriendo una mayor parte del desfase mediante transferencias del Estado, financiadas con los impuestos, con el argumento de que se trata de gastos impropios del sistema. En 2022 los traspasos para sostener el sistema estricto de las prestaciones contributivas sumaron 25.446 millones de euros, según destaca un reciente informe de José Antonio Herce, presidente del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones.

Euskadi no está asumiendo está carga, según coinciden los expertos. «No está incluida la parte proporcional en el Cupo porque cuando se pactó en 2022 para el próximo quinquenio no se introdujeron cambios respecto al anterior lustro y se mantuvo la cantidad, con 1.467 millones de euros», apunta Miguel Ángel García, investigador de Fedea.

Mientras tanto, el déficit vasco de las pensiones no para de crecer. En la última década el gasto en pensiones ha aumentado un 39%, mientras que los ingresos por cotizaciones solo lo han hecho un 26%.

Esta negativa evolución se explica por varios factores. En primer lugar Euskadi tiene las pensiones más altas de España, con 1.918 euros en las de jubilación del régimen general frente a 1.533 en el conjunto de España. Es verdad que estas elevadas prestaciones derivan de cotizaciones más altas, pero aún así los números no dan.

A ello se suma el rápido envejecimiento de la población. En Euskadi la ratio es de 1,7 cotizantes por cada pensionista, la más baja solo por detrás de Asturias, Galicia, Castilla-León y Cantabria. Estas cuatro comunidades con las que tienen un mayor déficit en relación a su PIB. El País Vasco ocupa el quinto puesto, con un agujero que supone el 5,2% de su riqueza.