El pedido vencido de Deutsche Bahn asfixia al fabricante de trenes
«Cada día que pasa, es un día perdido para Talgo». Así lo explicó este jueves el consejero de Industria del Gobierno vasco, Mikel Jauregi, ... precisamente en la entrega del premio Korta al industrial José Antonio Jainaga. Una frase que resume bien el estado de una compañía que lleva sometida a la incertidumbre de un cambio de dueños durante más de dos años. En ese tiempo, el Gobierno de España ha bloqueado dos intentos de compra -el húngaro de Magyar Vagon y el polaco de Pesa- y han pasado ya nueve meses desde que el presidente de Sidenor comunicara a la CNMV su intención de controlar la compañía.
Mientras tanto, la actividad de Talgo se ha ido a un segundo plano, ahogada por una cartera de encargos que superan ya los 6.000 millones. De esos, 1.400 corresponden al pedido de la renfe alemana, Deutsche Bahn, de 79 trenes. Un primer tramo de 23 unidades deberían entregarse el mes que viene tras acumular varios retrasos. Pero ese escenario se complica y amenaza la activación de un nuevo régimen de sanciones. De hecho, según confirman fuentes conocedoras de los contactos, hay negociaciones abiertas para renunciar a parte de ese encargo. Una decisión que ya ha afectado a muchos de los proveedores de Talgo, que han recibido una anulación de pedidos. De todos modos, las perspectivas de crecimiento del sector siguen siendo muy halagüeñas. Así, el fabricante anunció el pasado mes de mayo la firma de un megacontrato de 2.400 millones para 65 trenes del operador 'low cost' europeo Flix Train.
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