Kutxabank recurre el nuevo impuesto a la banca y pide medidas cautelares
La entidad vasca debería abonar 110 millones en dos años por su volumen de negocio
Manu Alvarez
Bilbao
Jueves, 16 de febrero 2023, 19:41
Kutxabank ha decidido presentar su propio recurso ante los tribunales contra el nuevo gravamen aprobado por el Gobierno sobre los ingresos de las entidades financieras ... y también de las energéticas. El recurso lo presentará ante la Audiencia Nacional y pedirá que los jueces adopten medidas cautelares y suspendan el pago.
Este nuevo impuesto -aunque en la práctica se ha configurado bajo la figura de una 'prestación' al Estado- fue respaldada por el Partido Nacionalista Vasco en el Congreso e incluso el Gobierno vasco y las diputaciones esperan recaudar casi 190 millones de euros en los próximos dos años. Todo apunta a que a los recursos de la AEB y la CECA, las dos organizaciones sectoriales, se van a sumar también las iniciativas de las entidades afectadas. Abanca y Bankinter ya lo han confirmado y el resto han dado a entender que irán por el mismo camino.
Kutxabank ha calculado que el impacto en su cuenta de explotación supondrá una minoración de 110 millones de euros en dos años. Paradójicamente será CajaSur, la filial del grupo con sede en Córdoba, la que presentará formalmente el recurso. En una maniobra que esconde alguna intencionalidad no desvelada, el Parlamento determinó que si un banco tributaba bajo normativa foral pero también en territorio común con alguna filial -como es el caso-, sería esta segunda entidad la que debería soportar el peso del nuevo impuesto. Caja Sur, apuntan desde Kutxabank, puede entrar en pérdidas si tiene que afrontar el pago.
Los órganos de gobierno del banco defienden que esta nueva carga impositiva, que se suma a una aportación anual en torno a los 400 millones de euros a las arcas de Hacienda, genera una asimetría en la competencia. Lo debe pagar este banco por ser uno de los más grandes del sistema financiero español, pero no otras entidades de menor tamaño con las que compite en el mercado vasco.
Por otra parte, Kutxabank esgrime, al igual que lo han hecho la AEB y CECA, el informe crítico del Banco Central Europeo que advertía sobre las consecuencias directas en el mercado financiero: básicamente una posible contracción del crédito y con toda seguridad un traslado del coste adicional a la clientela.
Los argumentos
El banco vasco discute el fondo del gravamen, la supuesta existencia de beneficios extraordinarios, al asegurar que sus beneficios aún se encuentran por debajo del coste de capital, al tiempo que el margen de intereses está aún lejos de cotas alcanzadas en el pasado. «Es el 50% del margen que teníamos en 2009», han apuntado desde la entidad financiera, en referencia al momento en que la crisis del ladrillo desplegó toda su virulencia.
Por otra parte, Kutxabank apela también al destino diferencial de su beneficio que, además de reforzar la solvencia del grupo, se destina a financiar a las fundaciones bancarias BBK, Vital y Kutxa. Tres socios que, insisten, destinan sus recursos a dinamizar la actividad económica del entorno y también a desarrollar una obra social.
Pese a la valoración de Kutxabank, el Partido Nacionalista Vasco respaldó la aprobación de este nuevo impuesto en su tramitación parlamentaria tras haber pactado que las instituciones vascas recibirían e 6,24% de lo que recaude el Estado. El propio consejero de Hacienda del Ejecutivo vasco, Pedro Azpiazu, defendió este miércoles en una comparecencia la legalidad del gravamen y también su justificación «para financiar medidas que permitan contrarrestar los efectos» de la inflación y, se supone, de la subida de tipos de interés. Lo cierto es que ni la Administración central ni la vasca han concretado hasta ahora el destino final del dinero que recauden por esta vía.
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