Indra compra el 9,5% de la empresa aeronáutica vasca ITP después de diez meses de negociaciones

Tras la venta de ITP por parte de su anterior dueño, Rolls Royce, una operación que se materializó en septiembre de 2022, el Gobierno español se había empeñado en que Indra también tuviese una pata en esta compañía vasca, fabricante de componentes para motores. Indra, en la que el Estado tiene el 28%, se está convirtiendo en el aglutinador de la industria de defensa nacional, en un momento en el que ese sector ha cobrado una importancia extraordinaria.

Las negociaciones entre Indra y el fondo Bain habían atravesado diferentes altibajos, con una fuerte discrepancia inicial sobre el precio de las acciones y más tarde con la oposición de los norteamericanos a alcanzar un acuerdo estratégico en materia tecnológica. Ambos problemas se han resuelto finalmente y además del acuerdo han pactado un precio de 175 millones de euros, que supone valorar la compañía en casi 1.850 millones de euros. Rolls la vendió el pasado año por 1.600 millones tras haber cobrado un dividendo extraordinario de 100 millones adicionales. El aumento de valor, han señalado fuentes de la operación, se debe a la mejoría que ha experimentado ITP en el último año, como consecuencia de la recuperación de la actividad aérea tras la pandemia.

Indra, al igual que el Gobierno vasco, tendrá un puesto en el consejo de administración de ITP a partir de ahora y ambos se configuran como socios estables de la compañía, con el compromiso de permanecer como accionistas cuando Bain decida vender y abandonar la empresa. Algo que, dadas sus características de fondo de inversión, ocurrirá previsiblemente en un plazo no superior a cinco años. En la práctica, Indra representará al Gobierno español en la empresa y será una vuelta al pasado ya que también participó en su creación a través de lo que ahora es el grupo público Sepi.

«La entrada en el capital de ITP Aero supone un paso clave en la nueva estrategia de crecimiento de Indra para convertirse en la gran empresa tractora del sector de defensa en España, con el fin de garantizar la autonomía estratégica y soberanía tecnológica de nuestro país», ha señalado en una nota el presidente de Indra, Marc Mutra.

El Gobierno vasco, que compró en octubre un 6% a Bain para garantizar el arraigo de ITP en Euskadi, también valoró positivamente la operación. «Augura un futuro interesante para el desarrollo de la empresa», ha señalado la consejera Arantxa Tapia, que considera que se tienen en cuenta los aspectos clave de «arraigo y tecnología». A su juicio, «aporta estabilidad», si bien, matiza, «será muy necesario definir los ámbitos que se van a priorizar desde el punto de vista industrial, tecnológico y de negocio, para poder asumir los retos del futuro de forma competitiva».

Desde la empresa vasca, su director general, Carlos Alzola, ha apuntado que ITP, con este acuerdo, «continúa su senda de crecimiento, motivada por la recuperación de la aviación civil así como por la fuerte demanda en el negocio de defensa». De hecho, recientemente presentó sus resultados de 2022, con un crecimiento en los ingresos del 14% hasta los 1.047 millones de euros y un resultado neto de explotación (ebit) de 140 millones de euros frente a los 40 millones del ejercicio precedente.

Las acciones de Indra reaccionaron en un primer momento con un caída en Bolsa del 4%, pero el descenso se fue amortiguando según avanzaba la jornada. Dos horas después de la apertura el retroceso era solo del 1,4%. Los títulos acumulaban una notable revalorización en el ejercicio.