Jordi Alemany
Premios Euskadi Avanza

El pilar del progreso

Con los premios Euskadi Avanza vivimos un día de exaltación del empresariado. Ahora nos quedan tan solo días para insistir en su importancia

Martes, 25 de febrero 2025, 00:00

Ayer se celebró la octava edición de los premios Euskadi Avanza concedidos por EL CORREO y patrocinados por el Banco Sabadell y el Gobierno vasco. En la introducción, el consejero Mikel Jauregi aseguró que los empresarios son el 'pilar del progreso'. Una acertada apreciación que, desgraciadamente, no cuenta con la aquiescencia general. Incluso el propio gobierno acostumbra a declararlo en público, pero le cuesta luego plasmarlo en la realidad legislativa. Bueno, me refiero el anterior Gobierno, que a este no le ha dado tiempo de demostrarlo, aunque la verdad es que ha empezado bien. La creación del fondo en defensa de la industria y sobre todo su apelación a que el ahorro depositado en las entidades de previsión se ponga a trabajar en favor de nuestra industria son dos inicios prometedores. A ver si lo consigue, porque recuerdo que cuando esbozó la idea el lehendakari Urkullu, todo el mundo, en especial el mundo sindical, se le abalanzó sobre él, al grito de 'no con mi dinero'. Lo cual nos coloca en una posición curiosa, pues si nosotros no estamos dispuestos a apostar por nuestro futuro y por el empleo de nuestros hijos e hijas, ¿a quién podríamos exigírselo, con qué argumento moral? Insisto en que me parece una idea cautivadora y responsable, así que espero que la concrete y salga adelante.

Publicidad

La primera empresa premiada fue la donostiarra Multiverse Computing. Ella solo convierte en realidad el lema de la jornada pues supone un auténtico avance en un mundo tan apasionante como complejo que es la computación cuántica. No me pidan que les resuma y explique su objeto social, porque comparto con Manu Alvarez, el conductor del acto, mi incapacidad para entenderlo, pero construir una empresa que cuenta ya con 150 empleados de altísima cualificación técnica y erigirse en la líder europea, y mundial, de su sector me parece algo encomiable, rayando en lo milagroso. La mejor prueba de que aquí somos capaces de liderar iniciativas en los sectores más competitivos e internacionalizados. Un auténtico chute de optimismo y un aldabonazo para todos aquellos que ni siquiera lo intentan. Solo me quedó claro que son capaces de multiplicar la velocidad de cálculo de operaciones complejas y reducir el consumo energético de los centros de datos. Algo que cada día empieza a ser más relevante.

La segunda empresa, la vitoriana AJL Ophtalmic, es otro ejemplo de internalización en un mundo complejo, de avances tecnológicos desafiantes y de abrumadora presión regulatoria. Pedro Salazar, al recoger el premio, se quejó de ella y dijo que constituía una traba al desarrollo y, en especial, al crecimiento de las empresas. Es evidente que la salud, como le ocurre a otros muchos sectores requiere de una regulación que proteja los intereses de los ciudadanos, pero cuando la regulación pasa de ser protectora a ser estirilizante es cuando empiezan los problemas.

El premio a la trayectoria empresarial recayó en la persona de Emiliano López Atxurra que al recogerlo hizo un discurso personal y emotivo con reconocimiento a una larga lista de familiares y de personas que le han ayudado en su deambular por una vida tan intensa como importante. Petronor es hoy, nada menos, que el mayor contribuyente de Euskadi a cuyas haciendas aporta dinero que luego sostienen nuestro estado del bienestar.

Preguntado sobre si percibe un cambio en la orientación en la política energética de las instituciones europeas, dijo que sí y lanzó la importante advertencia de que el motor de combustión es la base que sostiene la estabilidad económica y social del continente. Coincido con su apreciación. Creo que se ha pasado ya la época de las decisiones desaprensivas que han dañado a nuestras industrias y ha llegado la era de la concienciación de la realidad de las cosas. También dio argumentos para justificar su apuesta por el hidrógeno verde, un producto que, como todos, empieza necesitando apoyos extraordinarios para desarrollarse, pero que luego traerá beneficios también extraordinarios. Únicamente habría que esperar que su desarrollo se pareciese más a la energía eólica -que ha dejado tras de sí y aquí una importante industria auxiliar-, que a la fotovoltaica, de la que no hemos visto muchos beneficios colaterales. López Atxurra es un buen ejemplo de lo beneficioso que resulta la mezcla de técnica y gestión cuando se hace en las proporciones adecuadas.

Publicidad

Por último, el IMQ recibió el premio a la empresa del año. Supongo que a nadie le extrañó, dada su larguísima trayectoria y el lugar preeminente que ha conseguido ocupar en nuestra sociedad. Lo recogió su presidenta Beatriz Astigarraga que es otro ejemplo excelente de una mezcla de éxito entre el ejercicio de la profesión médica y la gestión empresarial de entidades complejas.

En resumen, un día de exaltación del empresariado. Ahora nos quedan tan solo días para insistir en su importancia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad