Guía del alquiler para jóvenes: contratos largos, con particulares y evitar el WhatsApp

El acceso a la vivienda constituye un derecho fundamental, pero para las personas jóvenes se ha transformado en una carrera de obstáculos casi insalvable. Ante esta realidad, el Ministerio de Juventud e Infancia y el Instituto de la Juventud (Injuve) ha presentado la 'Guía de los derechos de las inquilinas', con el objetivo de proporcionar herramientas legales y prácticas que faciliten el acceso a una vivienda digna y permitan hacer frente a abusos frecuentes en el mercado del alquiler.

Según el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud, actualmente un joven tendría que destinar todo su salario al pago del alquiler de una vivienda en solitario y aun así no alcanzaría a cubrirlo. En Euskadi, el salario mínimo es de 1.184 euros, mientras que el alquiler medio de un piso asciende a 1.233 euros; faltarían aún 49 euros para asumir el coste, sin contar suministros ni alimentación. Si se tiene en cuenta la opción de compartir piso, alquilar una habitación cuesta aproximadamente 375 euros mensuales, lo que representa el 35,8% del salario medio, superando ampliamente la recomendación internacional de no dedicar más del 30% del sueldo a la vivienda.

Esta situación no solo afecta la capacidad de independizarse, sino que también condiciona decisiones vitales como la formación de una familia, el desarrollo profesional o la elección del lugar donde vivir. De hecho, durante el primer semestre de 2024, el porcentaje de jóvenes emancipados cayó al 14,8%, un descenso de 1,47 puntos respecto al año anterior.

La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, ha asegurado que la guía «nace de una demanda social, pero también de un compromiso político: poner herramientas concretas al servicio de la juventud para que conozca y defienda sus derechos». El documento propone un recorrido práctico por las tres fases claves del alquiler: búsqueda de vivienda, firma y vigencia del contrato, y finalización del arrendamiento.

- Alquilar mejor a un particular para ahorrar trámites y costes

- Optar por contratos de larga duración, ya que son los únicos que incorporan cláusulas obligatorias que protegen y reconocen los derechos de las personas inquilinas y evitan subidas de precio.

- No enviar documentación sensible por WhatsApp y pedir un correo profesional para saber a quién se le envía.

- Es recomendable grabar o fotografiar el estado del piso al momento de la entrada y notificar por escrito cualquier problema por escrito antes de 30 días.

- En cuanto a la firma y legalización del contrato, se señala que el alquiler puede subir por mejoras después de cinco años, pero no más del 20 %.

- Si se acepta pagar gastos del 'mes de agencia', este gasto puede reclamarse. Es fundamental guardar pruebas, como capturas de pantalla o grabaciones de las conversaciones.

- Si el casero necesita la vivienda para uso propio o de un familiar, debe notificarlo con al menos dos meses de antelación y justificar dicha necesidad. Si en los tres meses siguientes la vuelve a poner en alquiler, el inquilino puede recuperar el contrato y ser indemnizado.

- Para que haya un desahucio, debe ordenarlo un juez.

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