González vaticina la desaparición de la mayoría de los bancos y ‘startups’ actuales

«Estamos inmersos en la Cuarta Revolución Industrial», afirmó ayer el presidente del BBVA, Francisco González, en la junta general de accionistas del banco vasco celebrada en el Palacio Euskalduna, de Bilbao. Una revolución marcada por la transformación tecnológica, los avances en digitalización y la irrupción de las grandes compañías de internet en el ámbito financiero. «La competencia será muy dura» -advirtió González- en un proceso en el que vaticinó que «desaparecerán la inmensa mayoría» de los bancos y 'startups' actuales. Sólo unos pocos -«los mejores», dijo- podrán estar «en la primera línea de la industria financiera que viene». Y el presidente del BBVA aseguró que su entidad será uno de ellos. No en vano, recordó que hace ya 12 años, en la junta de accionistas de 2006, comentó el lanzamiento del plan de transformación tecnológica del banco y hoy, tras un «largo viaje», la entidad toca ya los primeros resultados de ese proceso, hasta el punto de que BBVA es «probablemente más una compañía digital que un banco», declaró

No obstante, aunque tanto González como su consejero delegado, Carlos Torres Vila, dedicaron la mayor parte de sus discursos a los logros obtenidos y a los proyectos futuros en esta materia -mucho más que a la explicación de los resultados económicos de la entidad-, el presidente del BBVA no dejó pasar la oportunidad que le ofrece la celebración anual de la junta general de accionistas -por presencia directa o por delegación ayer representaban el 64,54% del capital social del banco- para enviar su habitual «recado» a los políticos.

En esta ocasión, González manifestó que «el país lleva demasiado tiempo ocupado en problemas de ámbito local», en clara alusión al conflicto catalán. «Estamos posponiendo cuestiones clave para nuestro futuro» -advirtió sin especificarlas-, e instó a alcanzar «un consenso amplio para promover una ambiciosa agenda de reformas» -tampoco las mencionó- «que sitúen a España como un país capaz de crecer en un entorno cambiante, complejo y cada vez más competitivo».

En el apartado meramente financiero, el de los resultados económicos del grupo BBVA en 2017 -ya presentados a principios de febrero pasado-, aunque esbozados por González en su intervención, fueron desarrollados con más detalle por Torres Vila, quien aseguró que había sido «un gran año para BBVA». Y además también se mostró muy optimista de cara a este 2018, que tiene «perspectivas muy buenas» para todas las geografías en las que el banco trabaja y en el que volverá a tener «muy buenos crecimientos».

En su conjunto, BBVA ganó 3.519 millones de euros, un 1,3% más que en 2016, incluido el ajuste contable que se anotó en el último trimestre por el saneamiento de su participación en Telefónica, que le costó 1.123 millones. Sin ese impacto, el beneficio habría crecido casi un 19,7%, hasta los 4.642 millones.

El consejero delegado destacó la contribución de México a ese resultado, con 2.162 millones (un 12,7% más); la de Turquía, que con 826 millones creció un 70% su beneficio; y la de España, que aportó 1.381 millones (un 52,7% más que en 2016). EE UU contribuyó con 511 millones (un 14,6% más) y América del Sur, con 861, lo que equivale a un crecimiento del 14%. Por contra, aún hubo que restar 501 millones de pérdidas en el negocio inmobiliario español del banco.

De vuelta a los logros digitales, González, que afronta la recta final de su mandato ya que dejará la presidencia del BBVA en octubre de 2019, al cumplir los 75 años, destacó que a lo largo del pasado año se habían incorporado al banco 1.500 ingenieros, matemáticos y especialistas en datos. Asimismo, recordó que a cierre del ejercicio BBVA ya tenía 22,6 millones de clientes digitales, un 25% más que un año antes, y en seis países (España, EE UU, Turquía, Argentina, Chile y Venezuela) más del 50% de los clientes ya eran digitales.

Tal es la rapidez de los avances tecnológicos que, por un lado, González considera que sus competidores ya no son otros bancos, sino las grandes plataformas de la red que van a entrar en el negocio financiero (Google, Amazon, Alibaba...), por lo que descarta la compra de más bancos físicos; y por otro, advierte de la posibilidad de nuevos problemas en el tratamiento de datos de los clientes, en una competencia sana y en la propia estabilidad del sistema financiero. Por ello, a su juicio, urge la necesidad de «una nueva institución global» que tenga poder para «garantizar el equilibrio entre los intereses de los consumidores, el riesgo sistémico, la estabilidad financiera y el apoyo a la innovación».

Y todo ello, en lo que respecta a BBVA, preservando sus principios y «la confianza de los clientes», que su presidente considera ha salido reforzada de la crisis.