Los gobiernos central y vasco animan a Aernnova a liderar la compra de ITP
Creen que es la oportunidad de afrontar la consolidación del sector aeronáutico
Los gobiernos central y vasco quieren que Aernnova lidere un grupo empresarial que afronte la compra de la compañía ITP Aero. La firma, que tiene ... su sede en el Parque Tecnológico de Bizkaia, se dedica a la producción de piezas de motores de avión y su propietario, la multinacional británica Rolls Royce, ha colgado sobre ella el cartel de 'Se vende'. Según fuentes de toda solvencia consultadas por EL CORREO, Rolls ha aceptado que se explore esta opción y la sintonía entre los ejecutivos de Madrid y Vitoria en este tema, aseguran, «es absoluta». Mientras tanto desde Aernnova, la firma alavesa que preside el empresario Iñaki López Gandásegui, se apuesta por el silencio total y un «no hay comentarios».
Aunque no es habitual la convivencia dentro de un mismo grupo de fabricantes de estructuras de aviones, como es el caso de Aernnova, y de 'motoristas', como ITP, la Administración española cree que merece la pena apostar por ello. Y más allá de la influencia política, el Gobierno de Pedro Sánchez tiene mucho que decir en la operación de venta de ITP. Incluso el Ministerio de Defensa tiene que autorizar el cambio de dueños, ya que la firma está en el programa de Eurofighter, el avión de caza europeo, y participará en la producción del motor del FCAS, que será su sustituto en el futuro.
Además de esta vertiente de Defensa, el Ejecutivo central -y desde el Gobierno vasco se apoya la idea- cree que ahí esta la oportunidad de crear un macrogrupo aeronáutico que tenga su cuartel general en el País Vasco. En términos generales y en las industrias más avanzadas, España es un país plagado de filiales que dependen de multinacionales extranjeras. La posibilidad de unir Aernnova e ITP, sostienen los impulsores de la idea, es la «oportunidad de contrarrestar esa tendencia».
Sener es una de las empresas que han sido sondeadas para participar en la iniciativa
acompañamiento
Lograr estabilidad
Por otra parte, el futuro de ITP en manos de fondos de inversión obligaría a volver a la casilla de salida cada cuatro o cinco años. El interés de los fondos, por vocación y porque están obligados a obtener resultados para sus inversores, es lograr beneficios a medio plazo. Esto es, a comprar la empresa, estrujarla un poquito o hacerla crecer -ponerla en valor, como se denomina en el argot financiero- y venderla pasados los cinco años con la consiguiente plusvalía.
En ese escenario, el Gobierno español se vería abocado a analizar una operación de traspaso de ITP cada cinco años y no parece que eso resulte ni cómodo ni tranquilizador. «ITP es estratégica», reconoció recientemente en una conferencia en Bilbao el secretario general del Ministerio de Industria, Raül Blanco.
Rolls, indican fuentes conocedoras de la operación, ha dado un «tiempo de margen» para que se intente conformar un grupo de control que responda a los intereses de la Administración española. Es un complejo puzzle con muchas piezas que encajar. Los bancos de negocios contratados por Rolls para gestionar la venta están precisamente enfrascados en ese proceso de juntar las piezas.
La firma presidida por Gandásegui, de la que también es accionista de referencia, no tendría capacidad financiera por sí sola para abordar la compra de ITP. Aunque el precio de transferencia de la compañía es una incógnita -hay valoraciones entre 1.000 y 1.400 millones de euros-, la iniciativa pasa por conformar un «grupo de control», liderado por Gandásegui, que dé estabilidad a la empresa y que tenga un componente claramente industrial.
Entre los compañeros de viaje que se han barajado para ello figura Sener, antiguo accionista y fundadores de la empresa. El propio presidente de la ingeniería vasca, Andrés Sendagorta, reconoció en una entrevista concedida a este periódico que observaban de cerca el proceso de venta de ITP. Y daba a entender que les gustaría volver a tener un papel en el futuro de la compañía. El resto del accionariado, y si se logra crear ese grupo industrial que retenga el control, añaden las mismas fuentes, «puede estar sin problemas en manos de fondos de inversión».
La operación ya se intentó en 2002, cuando Aernnova era la división aeronáutica de Gamesa
antecedentes
Segundo intento
Lo cierto es que esta integración no es del todo una idea original. De consumarse, incluso, sería un matrimonio al segundo intento, ya que estuvo a punto de fructificar en 2002, cuando hasta se bautizó a la sociedad resultante como Alerion. Hubo también una coincidencia de intereses en el proyecto, que se malogró porque Rolls nunca acabó de ver las ventajas.
En aquel momento Gamesa -el origen de Aernnova está precisamente en una filial del grupo eólico- alcanzó un acuerdo con los principales socios de ITP -Sener y la Sepi- para propiciar la fusión de esta empresa con su división aeronáutica. Tras aquel fracaso, Gamesa decidió vender la división a un grupo liderado por López Gandásegui.
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