Gobierno vasco y empresas de la construcción coinciden: «Hace falta aumentar la oferta de vivienda»
El Ejecutivo reconoce una escasez de suelo y una burocracia que ralentiza y encarece la vivienda y el clúster del sector cifra en 10.700 millones su aportación a la economía de Euskadi
El Gobierno vasco estima la necesidad de 6.500 viviendas al año en Euskadi y el pasado ejercicio se levantaron solo 5.000. Así lo ... ha reconocido el viceconsejero de Vivienda del Ejecutivo, Miguel de los Toyos, en la presentación de un estudio del clúster de la construcción que estima en 10.700 millones la aportación a la economía vasca del sector.
De los Toyos ha reconocido que hay «escasez de suelo y una burocracia que ralentiza y encarece» la vivienda. Por eso ha defendido la necesidad de aumentar la oferta en Euskadi que ha cifrado en 6.500 viviendas anuales durante los próximos 15 ejercicios. En su discurso ha insistido en la movilización del parque vivienda para ajustar los precios y resolver el problema de acceso a este bien. Un objetivo para el que ha recordado que el Gobierno prevé 50.000 viviendas de alquiler social y un parque de 116.000 viviendas protegidas.
El diagnóstico es compartido por la industria del sector. El presidente del clúster vasco -Build:Inn-, Alberto Marín, ha reivindicado además que «la industria de la construcción es clave para dar una respuesta a la crisis de oferta que atraviesa la vivienda». Un mensaje trasladado este jueves en la presentación de un informe elaborado por la consultora PwC y que ha cuantificado en esos 10.700 millones la aportación económica de estas empresas en Euskadi.
Se trata de un peso económico que equivale, según ha explicado el propio Marín este jueves, a más de un 13% del PIB en Euskadi y que genera el pago de impuestos por un importe total de 2.237 millones. Unas cifras soportadas gracias también a los 122.000 empleos que ha contribuido a generar directa e indirectamente el sector y que representan el 12,4% de toda la población ocupada en Euskadi. Son las principales cifras del Informe sobre la contribución socioeconómica y fiscal de la construcción a la economía vasca.
Es una capacidad que las empresas del sector reivindican para participar en una respuesta ante el problema de la vivienda. Una situación que responde principalmente a una oferta que no es capaz de dar respuesta a la demanda de compra de hogares que afecta también a Euskadi. Además, la bajada de los tipos de interés iniciada por el Banco Central Europeo, ha incentivado un crecimiento de la búsqueda para comprar casas que ya se ha dejado notar en las estadísticas hipotecarias de los últimos meses.
Sostenibilidad
Para el presidente del clúster, Alberto Marín, «es necesario construir más y en menos tiempo». Una receta que pasa, según ha defendido, por seguir impulsando la industrialización del sector. Un proceso que, además de resolver esas demandas, permite afrontar uno de los principales problemas del sector: la falta de perfiles profesionales adecuados, además de mejorar la sostenibilidad del proceso y de los edificios levantados.
En cuanto a los precios, que siguen subiendo como consecuencia del desajuste de oferta y demanda en el mercado, Marín ha destacado que, precisamente con la industrialización, se pueden abaratar los costes permitiendo impactar esta situación en el precio final.
El socio del área de Economía y Estrategia de PwC, Jordi Esteve, ha defendido en la presentación del informe socioeconómico la importancia del efecto arrastre de la construcción. El estudio defiende medir el impacto económico de las empresas del sector más allá de su facturación -que asciende a 4.300 millones- para ver lo que genera en otras industrias. De modo indirecto, según Esteve, la actividad del sector multiplica por 2,5 sus ventas hasta alcanzar esos 10.700 millones de impacto en la economía vasca.
Prueba de ese arrastre de la construcción ha sido la celebración de la presentación en la terminal de cruceros del Puerto de Bilbao. De ahí que el presidente de la Autoridad Portuaria, Ricardo Barkala, haya insistido en la conexión del sector con otras industrias.
En cuanto al efecto fiscal, se repite el modelo. Las empresas de la construcción aportan a las haciendas forales 901 millones, pero su actividad genera de modo indirecto hasta 2.237 millones en pago de impuestos, según el estudio de la consultora.
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