PNV y PSE se inclinan por no aplicar el 'impuesto a los ricos' en Euskadi
El primer paso será incluirlo en el Concierto Económico para que luego sea regulado por las diputaciones
Salvo sorpresas, el Impuesto de las Grandes Fortunas que se tramita en estos momentos en las Cortes y que entrará en vigor antes de que ... finalice el año no se aplicará en Euskadi. PNV y PSE, los dos partidos que gobiernan coaligados en el Gobierno vasco y las diputaciones forales están de acuerdo en ello y tienen ya clara la hoja de ruta que se va a aplicar. El primer paso será una negociación -que ya advierten «será rápida»-para incluir este nuevo tributo en el Concierto Económico, con el reconocimiento de que las diputaciones tendrán capacidad normativa. El segundo paso, ya en manos de las diputaciones, sería establecer una exención total. Hace ya días que el entorno del PNV había telegrafiado está opción. Es ahora el PSE el que reconoce que están alineados en el análisis y también en la estrategia.
«El País Vasco ya tiene un Impuesto de Patrimonio suficientemente alto y el de Grandes Fortunas va especialmente dirigido a aquellas comunidades autónomas que no lo han aplicado o que quieren dejar de hacerlo. No es nuestro caso», reconoce Sonia Pérez, responsable del área económica en la ejecutiva del Partido Socialista de Euskadi.
El Gobierno vasco y el Ministerio de Hacienda ya trabajan en el primero de esos dos pasos de la hoja de ruta, la concertación del Impuesto, aunque no se podrá materializar hasta que Congreso y Senado den por concluida la regulación legal del impuesto, al que estarán sujetos los contribuyentes con un patrimonio neto superior a tres millones, excluidos hasta un máximo de 700.000 euros de la vivienda habitual.
En Euskadi apenas se verían afectados medio millar de controbuyentes en caso de implantarse
«No concebimos un impuesto de este tipo que no sea de normativa foral», apuntan en el Gobierno vasco, con la evidencia de que así están regulados el resto de impuestos directos. Es el caso del IRPF, Sociedades, Sucesiones o Patrimonio, tributos en los que las diputaciones pueden modificar elementos tan sustanciales como el tipo de gravamen o las deducciones.
«No parece que sea necesario implantar este impuesto en Euskadi -apunta Sonia Pérez- porque aquí funciona razonablemente bien el de Patrimonio y el País Vasco no ha jugado nunca con este tema». Una alusión directa a la Comunidad de Madrid, donde se mantiene una exención total en el Impuesto de Patrimonio, así como Andalucía que lo aprobó recientemente y Murcia que lo ha anticipado para el próximo ejercicio. Esa exención en Madrid ha generado en los últimos años un auténtico problema para la economía vasca porque ha sido el empujón que ha animado la fuga de algunos empresarios a cambiar. Un lento goteo que tiene sus efectos de largo plazo en la pérdida de peso relativo de la economía vasca en el conjunto de España. El lehendakari llegó a calificarlo como un «dumping fiscal».
10,7 millones
Lo cierto es que, en todo caso, la aplicación de este nuevo impuesto que iría directo al bolsillo de los más ricos no tendría una incidencia destacable en Euskadi. Apenas medio millar de contribuyentes tendrían que pasar por caja. Son aquellos con propiedades de un valor neto superior a los 10,7 millones de euros, ya que es la cantidad a partir de la cual el impuesto de Grandes Fortunas se despega de los tipos de gravamen que se aplican en Patrimonio en Euskadi para aplica el marginal máximo del 3,5%. Como ya es conocido, el Impuesto de Grandes Fortunas tendrá un carácter complementario al de Patrimonio y una mecánica idéntica en la valoración de las propiedades.
El nuevo tributo impulsado por el Gobierno busca neutralizar a las comunidades del PP
PNV y PSE coinciden también en que 2023 será el año en el que habrá que recuperar en el País Vasco la revisión completa de la fiscalidad -aplazada desde 2020 como consecuencia de la pandemia-, pero no parece que haya sobre la mesa cambios drásticos sino retoques. «La reforma que entró en vigor en 2014 fue profunda y ha dado buenos resultados -apunta la responsable de Economía en la dirección de los socialistas vascos-, pero es necesario hacer modificaciones para adaptarnos a la evolución de la sociedad».
Aunque este partido prefiere ser prudente en las propuesta de modificación cuando llegue el momento de abrir ese melón, Pérez sí que anticipa que habrá que repensar la fiscalidad que está ligada a la transición ecológica y también en torno a la vivienda. «En especial para facilitar el acceso de los más jóvenes a la vivienda de alquiler», defiende.
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