«He firmado 1.800 contratos en 14 años, solo pido un futuro estable»

- ¿Cuánto tiempo lleva en el puerto y cómo consiguió entrar?

- Entré en 2007, cuando tenía 23 años. Ahora tengo 38. Mi padre era estibador y eso me dio acceso a entrar. En ese momento la ETT que funcionaba era Adecco, aunque ahora es Randstad. El primer año y medio fue bueno, pero luego llegó la crisis financiera. En 2009 solo trabajamos 30 días en el año. Y con la pandemia ha vuelto a pasar lo mismo. El año pasado solo nos llamaron para 85 días, con lo que en el mejor de los casos ganamos unos 12.000 euros. Eso ha colocado en una situación extrema a muchas familias.

- ¿Qué cobra en un año normal?

- Nosotros sacamos 139 euros 'limpios' por día de trabajo. En un año normal los de la ETT trabajamos 150 jornadas, lo que supone entre 22.000 y 24.000 al año. El problema es la inestabilidad. Yo llevo ya acumulados 1.800 contratos en estos 14 años. Te llaman de un día para otro. Pero hemos aguantado porque siempre hemos tenido la expectativa de llegar a ser fijos.

- Y a tener las condiciones de los estibadores de plantilla.

- Es verdad que metiendo horas extra se puede llegar a tener un salario muy alto, de hasta 5.000 euros. Es un trabajo bien remunerado, pero también tiene sus pegas.

- ¿En qué momento se desvanece esa expectativa de llegar a ser fijos?

- Es que en el convenio se recoge que, cuando se alcanza un determinado número de jornadas dobles, se debe transformar a determinados eventuales en indefinidos. Pero no se ha cumplido. Desde 2008 no se ha incorporado a nadie en la plantilla fija de Bilboestiba.

- De hecho, esa fue una de las reivindicaciones de la huelga de 2020, la más larga de la historia.

- Los eventuales apoyamos al 100% el conflicto, pero después nos hemos encontrado dejados de la mano de Dios. Los sindicatos del puerto no nos han respondido. Desde hace mes y medio, cuando se publicó la sentencia del Tribunal Superior vasco a favor de un compañero, las empresas nos han dejado de llamar y nadie dice nada. Los fijos están doblando turnos para cubrir el trabajo. Por eso nos hemos lanzado a demandar.

- La sentencia del Superior vasco dice que su compañero fue contratado en fraude de ley y condena a las empresas estibadoras. ¿Cómo la han recibido?

- Para nosotros es una luz a la que nos hemos aferrado. Estamos muy agradecidos a los tres compañeros que presentaron la demanda a finales de 2020, justo tras la huelga. No podían más. El caso de uno de ellos es el que llegó al Superior vasco después de que su demanda fuese rechazada en el juzgado de lo Social. Allí le han dado la razón y han dicho que es fraude de ley. La sentencia salió en enero y fue entonces cuando las empresas nos dejaron de llamar sin ni siquiera comunicárnoslo.

- ¿No les explicaron el motivo?

- No. Y llevamos mes y medio sin trabajar. En vez de poner un remedio, nos han castigado. Y por eso hemos decidido demandar. Seremos unos 50 los que hemos optado por esa vía. Pero yo creo que todos estamos dispuestos a retirar la demanda si nos dan una solución.

- ¿Qué exigen a las empresas para retirar la demanda?

- Algo fijo, con futuro. No estamos pidiendo las mismas condiciones que los de la plantilla. Estamos dispuestos a estudiar cualquier solución que nos dé estabilidad.

- ¿Han tenido respuesta de las empresas?

- No, todavía no. Tampoco tenemos interlocución directa con los sindicatos, que están inmersos en la negociación del convenio. Les están presionando con el argumento de que Bilboestiba está en preconcurso de acreedores y que los estibadores fijos tienen que poner un dinero. Nos dicen que primero quieren cerrar eso y luego buscarán una solución para los eventuales. Pero no hay un fácil encaje, porque las tareas complementarias han quedado fuera de la estiba.