Euskadi suma 2.059 electrolineras a cierre de junio y debe duplicarlas para fin de año
El desarrollo de la red pública vasca se atasca en el segundo trimestre con tan solo 32 instalaciones frente a las 344 nuevas de entre enero y marzo
Después de un junio en el que los coches electrificados vendidos en Euskadi han marcado un récord con 760 matriculaciones, los últimos datos indican que ... la red pública de recarga para estos coches sigue sin avanzar al ritmo esperado. Tal y como constata el último Barómetro de Electromovilidad correspondiente el segundo trimestre que publicó ayer Anfac, la patronal de los fabricantes, en Euskadi hay en estos momentos 2.059 puntos de recarga públicos, frente a los 1.683 con los que contaba al cerrar 2024. Se traduce en un crecimiento del 22,3%, debido principalmente al tirón experimentado en los primeros tres meses del año, cuando se instalaron 344 terminales, frente a los 32 que se desplegaron entre abril y junio. Una media que ilustra cómo cada día que pasa se instalan dos electrolineras en Euskadi.
Representa un avance, pero pese a ello la comunidad se encuentra en una posición francamente complicada, ya que para alcanzar los objetivos de descarbonización marcados por la Unión Europea, el País Vasco debería finalizar el año con 4.100 terminales. Una cifra que, a este ritmo, parece inalcanzable. A largo plazo, las metas europeas son aún más ambiciosas: Euskadi debería llegar a finales de 2030 por encima de los 13.500 puntos de acceso.
Pese a ello, la cantidad de 'electrolineras' actuales, defiende Félix García, director de comunicación de Anfac, «son suficientes para circular tranquilamente por Euskadi teniendo en cuenta el parque electrificado actual». Sin embargo advierte de que si las ventas de electrificados despegan finalmente gracias al impulso de los programas para incentivar la demanda -como es el caso del recientemente activado Plan Moves con ayudas de hasta 7.000 euros por usuario-, «necesitamos que la instalación de los puntos acelere».
La cuestión es que instalar electrolineras no es una tarea para nada sencilla. Primero porque en estos momentos hay 13.782 puntos no operativos en España de los 61.684 que conforman la red en total. Es decir, aproximadamente uno de cada cinco no funcionan por averías, por hallarse en mal estado o por falta de conexión. Esta barrera disuade a las compañías eléctricas de seguir instalando puntos de recarga, ya que habilitarlos de alta potencia representa «una inversión muy grande», apunta García.
Además, indica, «las administraciones deben eliminar las trabas burocráticas para conceder permisos». La propia Repsol, que cuenta con más de 4.000 electrolineras en España, se quejó el año pasado de que se tardan de media 432 días para activar una, desde que se completa su instalación. Una larga espera de 15 meses que en muchos casos se debe a los excesivos trámites de las administraciones para conceder permisos.
Poca potencia
Así las cosas, el País Vasco se encuentra en estos momentos por debajo de la media nacional en el indicador de la infraestructura de recarga, que mide el grado de desarrollo de estas instalaciones públicas atendiendo a su número. El índice vasco llega al 11,4 sobre una base 100, mientras que el de España se sitúa en el 11,9. Mucho más alto es el de la media europea, que alcanza el 23,4 y ha crecido a mayor ritmo en este último trimestre.
Además de ello, de los 2.059 puntos con los que cuenta Euskadi en la actualidad, solo 271 tienen al menos 150 kW, que permiten cargar el vehículo en menos de media hora. Por el contrario, la gran mayoría -1.333- no llegan a los 22 kW de potencia, por lo que son puntos en los que se necesitan más de tres horas para realizar la recarga eléctrica.
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