Rolls Royce sopesa de nuevo desprenderse de la empresa vasca de aeronáutica ITP

Todo apunta a que los bancos de negocio, que actúan como intermediarios habituales en operaciones de compra y venta de empresas, han vuelto a sacar a pasear el dosier de ITP a la búsqueda de un comprador. Rolls -que controla el 100% de las acciones- ya estuvo a punto de desprenderse de la empresa hace ahora un año en una operación que resultó fallida. Tras alcanzar un principio de acuerdo con la compañía española Indra, el pacto final se deshizo por razones que nunca fueron aclaradas. Mientras algunas fuentes apuntaban a un problema de valoración final de la compañía, otras señalaban a la 'letra pequeña' en los compromisos que debía asumir Indra con Rolls.

Algunas fuentes indican que el intento de vender ahora ITP es una maniobra casi desesperada, ante la imperiosa necesidad de recapitalizar la compañía británica, que acaba de anunciar el recorte de 6.000 puestos de trabajo. La urgencia de conseguir liquidez a corto plazo se ha convertido en una obligación para ellos.

Corren malos tiempos para el sector aeronáutico. El Covid-19 ha reducido de forma drástica el número de vuelos, ha generado un cierto temor a compartir ese pequeño espacio de la cabina de un avión y, por si fuera poco, ha hecho que todo el mundo se replantee que muchos desplazamientos eran prescindibles y que pueden sustituirse. Sin merma alguna de la eficacia y a través de una videoconferencia. El sector aeronáutico cree que la crisis coyuntural que vivimos y que afecta de forma directa a los desplazamientos puede convertirse en un ajuste estructural. Las últimas estimaciones apuntan a un recorte del 35% en las carteras de pedidos de los fabricantes de aeronaves y a que la recuperación puede demorarse cuatro o cinco años.

En semejante contexto, son numerosos los expertos en el sector aeronáutico que consideran muy complicada una venta de ITP en estos momentos, al menos con un valor que a Rolls le pueda resultar suficiente para solventar sus problemas de liquidez. Aunque nunca se hizo oficial, todo apunta a que en las negociaciones con Indra se había manejado un valor de 1.500 millones por el 100% de la compañía. En el sector se estima que en estos momentos, y con la larga travesía del desierto que queda por delante, apenas sería posible alcanzar la mitad de esa valoración.

MTU, una firma alemana que es una copia casi exacta de ITP, ha anunciado esta misma semana un ajuste de plantilla que afectará a un mínimo del 10% de sus empleados y que supondrá la pérdida de 1.000 puestos de trabajo. En el entorno de ITP se estima que a la vuelta del verano la empresa vasca puede estar afectada por un recorte similar. En la actualidad la mayor parte de las plantas de la compañía están sometidas a un ERTE parcial -afecta a un día laborable por semana-, con una duración prevista hasta finales de septiembre.

El círculo vicioso es simple. Hay menos vuelos, las compañías necesitan menos aeronaves y además caen en la tentación de estirar la vida de sus flotas actuales hasta que consigan mayores márgenes de rentabilidad. Las aerolíneas encargan menos aviones a Airbus y Boeing y también se necesitan menos motores. Todo el sector tiene en estos momentos sobre la mesa los planes de ajuste de plantilla.