Michelin lanza una «última» oferta a los sindicatos

El pacto ofrecido ayer por Michelin pasó de un 10% a un 12% de subida salarial durante los cuatro años: un 5% en este 2023, un 3% en 2024, un 2% en 2025 y otro 2% en 2026. Todo ello, sin embargo, con un cambio sustancial: la empresa se abre ahora a activar cláusulas ligadas al IPC. La dirección de la multinacional en España y Portugal ofreció ayer a los sindicatos una revisión cada dos años de la inflación con la posibilidad de incrementar en un 2% la subida salarial si el IPC de esos dos años supera los incrementos salariales pactados.

Para entender la subida, se puede trasladar a un caso práctico. La subida en el bienio 2023-2024 sería de un 8%. Sin embargo, si la inflación en esos dos años fuese superior, podría amoldarse hasta un tope: el 10%. Ese incremento, en cambio, nunca podría superar ese 10% aunque la suma del IPC de 2023 y 2024 fuese mayor, independientemente de si es un 11% -altamente improbable- o un 34%, daría igual. Además del IPC, la propuesta de Michelin también impone una segunda condición para activar esa subida: que los resultados de la empresa también sean positivos.

«La representación de la empresa ha comunicado que esta oferta es la última y que entiende que la misma responde a los puntos principales propuestos por la representación sindical», asegura el comunicado distribuido por CC OO a sus afiliados. Más allá iba el comunicado de UGT, emitido a última hora de la noche: «La empresa ha dado por concluida la negociación con la mesa negociadora». Los sindicatos deberán emitir un posicionamiento dentro de unos días a Michelin. Antes se van a convocar asambleas con los trabajadores para recabar sus opiniones.

UGT, por ejemplo, celebrará el encuentro con sus afiliados en la factoría de Vitoria el próximo miércoles 31. La central se comprometió en un comunicado a «analizar con detenimiento» la oferta de Michelin argumentando que «ha puesto sobre la mesa una cláusula adicional ligada a los IPC que merecen un análisis». Eso era lo que se pedía el pasado jueves en las concentraciones convocadas por el comité de empresa.

Algo parecido se dejó entrever en la comunicación de CC OO: «Recogemos la propuesta global para someterla a valoración por los órganos de decisión interna del sindicato», rezaba el escrito remitido a su filiación.

Diversas fuentes sindicales consultadas por este periódico apuntan ya a la formación de dos bloques en la negociación del convenio: uno liderado por CC OO y UGT más cercano a un acuerdo y otro, encabezado por ELA, frontalmente opuesto. Aun así, todavía no han hablado los trabajadores en sus asambleas, pero en el tono de la comunicación de ELA ya se veía otra forma de mirar a la propuesta de Michelin, con frases como «Se vende bolígrafo para firmar convenio de empresas» o «¡Más movilizaciones ya!». David Martínez de Marigorta, delegado de ELA, ha asegurado en declaraciones a este periódico que la propuesta de la empresa «es una decepción». «Los trabajadores de Vitoria -Gasteiz intentaremos hacer más protestas a pesar de estar en minoría como sindicato», ha expresado.

Esa disyuntiva es la que parece que se dibuja en el horizonte de los trabajadores una vez la dirección ha comunicado su intención de que esta sea su última oferta: o se acepta lo propuesto por Michelin o se pasa a más concentraciones y, eventualmente, a la convocatoria de jornadas de huelga.

La competencia con otros centros productivos de Michelin se antoja un elemento fundamental a tener en cuenta. Con unos costes inferiores en otras plantas del grupo en Asia o América, la factoría de Vitoria tiene que equilibrar el atractivo salarial con su competitividad dentro del gigante del neumático, algo siempre complicado. Recientemente, por ejemplo, se ha conseguido el proyecto 'Acoustic', que hasta ahora solo tenía la fábrica rival de Cuneo, en Italia.