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Luis Manuel Fernández, socio fundador de Alvearium, con unas gafas de realidad virtual. yvonne iturgaiz
B-Venture

Encuentros en la tercera fase

La 'startup' Alvearium desarrolla su plataforma en el metaverso, en la que recreará ciudades reales donde disfrutar de experiencias virtuales

iratxe bernal

Lunes, 3 de octubre 2022, 01:16

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Ni el metaverso es un invento de Mark Zuckerberg, ni el suyo será el único que en los próximos años prometa virtualizarnos. Aunque muchos no oyéramos hablar de ello antes de que el fundador de Facebook decidiera autoproclamarse su referente, hace ya veinte años que Second Life quiso teletransportarnos al mundo virtual. Fracasó, en parte porque la realidad virtual y la realidad aumentada no estaban tan desarrolladas como hoy y la experiencia se quedaba muy coja, pero la posibilidad de crear experiencias inmersivas siguió siendo el empeño de muchos emprendedores convencidos de que el metaverso será uno de los pilares del futuro de Internet.

Uno de ellos es Luis Manuel Fernández, socio fundador de Alvearium, 'startup' que al reto tecnológico de llevarnos a su propio mundo paralelo quiere sumar otro aún mayor: el de humanizarlo. Es decir, llenarlo de personas que compartan experiencias que vayan más allá del puro entretenimiento y aporten algo a la sociedad. «Las tecnologías inmersivas siempre van a estar vinculadas con la industria del entretenimiento, que lleva décadas apostando por las realidades extendidas para conseguir una mejor experiencia en los usuarios, logrando por tanto atraer inversión para investigación, desarrollo e innovación de las mismas. Ahora es momento de utilizar ese impulso y aplicarlas al resto de aspectos de la vida», explica.

En su opinión, el origen del metaverso está «en el deseo constante que tiene el ser humano de innovar para mejorar las condiciones en que se desarrollan todos los aspectos de su vida. Ese es el motor de la evolución de las tecnologías, que están llegando a eliminar barreras tan básicas como el espacio y el tiempo, planteando una nueva era en las relaciones sociales. Para los más jóvenes es absolutamente natural entablar amistad con alguien a quien solo conocen a través de las redes sociales y no sienten extrañeza ante la idea, por ejemplo, de representarse a sí mismos como un avatar y 'reunirse' en una plataforma digital con usuarios de cualquier parte del mundo para disfrutar de un concierto ofrecido por su grupo favorito creado por una Inteligencia Artificial».

De modo que para captar su atención y retrasmitirles determinados valores lo mejor será trasladárselos a ese espacio virtual. Por eso, lejos de crear nuevos mundos, Alvearium ha decidido lanzarse a su conquista trasladando al metaverso ciudades reales. La primera, Madrid. La firma ha recreado el entorno del Prado y el Retiro, de modo que, una vez pertrechados de nuestras gafas de realidad virtual, podamos disfrutar de una sesión de yoga en el parque o una clase magistral sobre arte grecorromano en el museo. Sin importar dónde estemos o si en la tercera fase nos encontramos con otros moradores del metaverso; el monitor de yoga y el experto en arte -bueno, sus avatares- estarán allí a nuestra disposición. Y puesto que al fin y al cabo estamos ante una recreación, la visita a la pinacoteca también puede incluir las obras que esperan turno en los almacenes del museo real, o el paseo por El Retiro acabar en la desaparecida Casa de las Fieras, que en su versión 3D acogerá especies en vías de extinción o ya extinguidas. «En este caso, de una manera amena, los niños podrán entender algunas de las consecuencias de la crisis climática», señala el promotor de la idea.

Una de las recreaciones.

Redes sociales

Todo esto sin olvidarse de las redes sociales. «Cada usuario tendría su propia 'alvea' - de 'alvearium', colmena en latín- en la que almacenará sus contenidos y propiedades digitales para compartirlos con quien desee. Por ejemplo, una universidad podrá mostrar los resultados de una investigación a toda la comunidad científica en formato 3D y un cantante podrá mostrar a sus seguidores todas sus actuaciones», explica. A los usuarios con perfiles gratuitos se unirán los 'premium', que podrán mejorar ese espacio y, como ocurre en Twitch, cobrar a sus seguidores.

Además de por el acceso a esas 'alveas premium', los ingresos de la 'startup' vendrán de las entidades que quieran organizar o patrocinar actividades en su plataforma y de la publicidad que las marcas quieran estar presentes en ésta, pero «los usuarios decidirán qué tipo de publicidad verán y qué datos cederán, y lo harán a cambio de participar en los beneficios que su huella digital genere, monetizando así su paso por Alvearium. Los ingresos que genere cada usuario podrán utilizarlos, por ejemplo, para contratar diseñadores gráficos que mejoren su 'alvea' y ofrezcan sus servicios, en proyectos de impacto con los que colabore la 'startup' y que serán medidos y certificados a través de la herramienta ComGo, o en la economía real», explica su promotor.

La firma, que espera facturar en 2024 cerca de 1,4 millones, ahora está a punto de abrir una ronda de financiación de medio millón para continuar con el desarrollo del proyecto. La presentará los días 18 y 19 en B-Venture, el evento de 'startups' organizado por EL CORREO con el patrocinio del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, la agencia de desarrollo SPRI, la Diputación foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, y la colaboración de BStartup de Banco Sabadell, BBK, Laboral Kutxa, CaixaBank, BBVA y la Universidad de Deusto.

Alvearium

Red social desarrollada sobre una plataforma con espacios inmersivos basados en web3 inspirados en ciudades reales

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