SEA y la Cámara piden a la plantilla de Mercedes que ratifique el convenio
La dirección de la planta investiga las «amenazas y coacciones» sufridas por los trabajadores que acuden a sus puestos durante las huelgas
A escasos dos días de la cita decisiva que los 5.000 trabajadores de Mercedes-Benz Vitoria tendrán con las urnas, la patronal alavesa SEA ... y la Cámara de Comercio provincial lanzaron ayer una declaración institucional en la que les solicitan «que reflexionen sobre las consecuencias, para la sociedad en su conjunto», de un 'no' al acuerdo de convenio suscrito por la dirección con la mayoría sindical (UGT, CC OO, Ekintza y PIM).
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Una comunicación, estructurada en siete párrafos, en la que los empresarios y la Cámara admiten su «preocupación» por el conflicto actual que se vive en la factoría y subrayan un temor latente: «Está en juego la mayor inversión jamás recibida, un total de 1.200 millones de euros, en Álava». Inyección económica, acompañada de la asignación de la nueva plataforma eléctrica que, añaden, «asegurará los actuales puestos de trabajo y la creación de empleo para nuevas generaciones. La sociedad alavesa y vasca dependen enormemente de esta gran empresa».
«En nuestra encuesta los empleados hablan de compromiso con la planta y yo cuento con ello»
Emilio titos
Otra parada de la producción
La declaración institucional de apoyo a Mercedes llega en la semana en la que se ha logrado el preacuerdo de convenio, tras diecinueve meses de negociaciones sin rumbo. Pero marcada también por tres jornadas en las que se ha tenido que parar la producción por las huelgas (la última ayer) impulsadas por el bloque minoritario en el comité (ELA, LAB y ESK). Paros que se vienen tiñendo desde hace días con denuncias de coacciones e incluso agresiones que llevaron a UGT a pedir protección frente a los piquetes para todos aquellos empleados que querían incorporarse a sus puestos.
Una situación explosiva que ha provocado que la dirección tome cartas en el asunto. En una dura circular difundida la tarde del viernes, aseguró que «se están llevando a cabo las investigaciones oportunas» sobre «todas las situaciones de las que hemos tenido noticia». Mercedes relata denuncias de varios empleados que declaran «recibir amenazas y coacciones por medio de diferentes modalidades: pintadas en las taquillas, carteles ofensivos, agresiones e intimidaciones más o menos explícitas, presiones de diferentes grados, insultos, etcétera».
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Hechos que la compañía califica de «muy graves» por entender que socavan «el clima laboral y perjudican el ambiente de trabajo». Y que han llevado a abrir una investigación «para adoptar las medidas disciplinarias contra los autores». En esa misma circular, Mercedes-Benz Vitoria advierte de que no tolerará ningún tipo de «amenazas, insultos, coacciones ni presiones a trabajadores». E incluso avanza que ejercerá las acciones legales que correspondan en cualquier «ámbito administrativo o judicial para impedir estos comportamientos en el entorno empresarial».
En la movilización de ayer, los sindicatos nacionalistas hablaron de un nivel de seguimiento similar al de las jornadas precedentes, pero por primera vez no aportaron un porcentaje de respuesta. Porque una de las medidas adoptadas por la dirección de la planta ha sido la de permitir la entrada y salida de los empleados con flexibilidad para evitar que coincidan con los piquetes.
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Por su parte, el director general, Emilio Titos, en declaraciones a la televisión pública vasca, se mostró ayer más optimista sobre el desenlace del plebiscito del lunes. Aseguró que en los sondeos que maneja internamente Mercedes «los trabajadores hablan de compromiso para con la empresa y yo cuento con eso», remachó, tras recordar que cerrada la mesa «ya no hay ningún margen de negociación».
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