«Las empresas no podemos asumir el coste de las EPSV como nos pide el Gobierno»
Critica que el Ejecutivo reclame aumentos de salarios «mientras él se esfuerza en comprar más barato»
Siempre le ha caracterizado un tono moderado, conciliador, aunque eso no quiere decir que sea blando. Se le entiende perfectamente lo que quiere decir. Cree ... que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha olvidado pronto los compromisos de profundizar en el diálogo social para acelerar las decisiones unilaterales, al tiempo que también estima que el gabinete de Iñigo Urkullu reclama imposibles cuando pide que las empresas hagan un esfuerzo especial para complementar las pensiones. Un Gobierno que, recuerda, también pelea por obtener los precios más bajos en sus compras. Y el precio, sentencia, condiciona todo lo que sucede en una empresa.
- Imagino que no le agrada la idea de que el Gobierno ponga en marcha la anunciada 'reforma de la reforma laboral'. ¿Qué opinión le merece?
- Echamos de menos un mayor espíritu de acuerdo por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, que últimamente no está cuidando como debiera los foros de entendimiento en los que se trabaja para buscar consensos amplios y transversales. Ya le ha ocurrido con lo relativo al salario mínimo. Lo ha modificado aun cuando ya se había llegado a un acuerdo con los sindicatos para hacer una subida similar, pero de una manera más progresiva. Está claro que es un Gobierno que está descuidando el diálogo social, algo que exige escuchar a todos y acordar entre todos.
- ¿Cree que los cambios anunciados pueden provocar un parón en la creación de empleo, al menos a corto plazo?
- Habrá que ver en qué se concreta todo esto, y en especial las condiciones de subcontratación. No creo que haya un parón a corto plazo en la creación de empleo, porque en la medida en la que la economía avance y siga generando actividad se creará empleo. Pero sí es verdad que añade una dosis importante de incertidumbre sobre los costes y la capacidad de adaptación de la relación laboral. Y esto sí que puede frenar algo la contratación. Ya veremos.
- Las diputaciones y el Gobierno vasco les han pedido que pongan en marcha planes de pensiones de empleo. ¿Lo ha entendido como la reclamación de una subida salarial extraordinaria?
- Sin duda. No tenemos demasiados detalles de su propuesta, pero en algunas conversaciones se nos ha llegado a decir que las empresas pondrían el 3% de las aportaciones y los trabajadores otro 3%. También nos han hablado del 2% cada parte. Da igual, es un coste añadido.
Inseguridad jurídica
- ¿Y qué le parece?
- Las empresas no podemos soportar incrementos de costes laborales del 3%, así de claro. Tampoco parece que a los sindicatos les haya entusiasmado la idea, porque a los trabajadores también les supone reducir en un 3% su ingreso mensual. Y luego está la inseguridad jurídica.
- ¿A qué se refiere?
- Se ha dicho que la medida estaría acompañada de estímulos fiscales, se supone que también para las empresas, aunque por el momento no nos han dicho nada. Ya existían y en 2014 los quitaron. ¿Quién nos asegura que después de asumir el compromiso en un convenio no lo volverán a quitar?
- ¿Tiene en su cabeza algún porcentaje de incentivo fiscal que pueda convertir en atractiva esa aportación a planes de pensiones?
- Sinceramente no, y me temo que es difícil que exista. Supongamos que hay una deducción en el Impuesto de Sociedades. Eso vale cuando tienes beneficios. ¿Y las empresas que no los tienen? ¿De qué les sirve una deducción en el impuesto? ¿Y también tiene que hacer aportaciones un trabajador que tenga ya 60 años? Creo que es mejor que cada uno decida cómo gestiona su ahorro.
- Pero la patronal guipuzcoana Adegi se ha mostrado interesada, porque en ese territorio está muy extendido el modelo de la EPSV de empleo.
- Sí, pero porque es fruto de la transformación de un fondo que ya existía en el sector del metal. Es un contexto distinto. Y, por cierto, la aportación de las empresas en Geroa dista mucho de ese 3% del que se habla aquí.
- ¿Van a hacer pública alguna directriz dirigida a las empresas sobre el aumento de salarios del próximo año?
- No, porque no merece la pena. La situación de las empresas es muy dispar. Dentro de un mismo sector las hay que están bien y otras que no tanto. Incluso algunas muy mal. Por eso creemos que no es aconsejable una recomendación generalizada.
Salario variable
- Todo apunta, sin embargo, a que los resultados de las empresas han mejorado. ¿Cree que eso va a permitir mayores incrementos salariales?
- No crea que han mejorado tanto, porque aún estaremos en una media de beneficios del 50% en comparación con la situación previa a la crisis. Yo creo que la posibilidad de avanzar más en los aumentos salariales está ligada a la remuneración variable. Si los trabajadores aceptan vincular una parte de su salario a los beneficios o la productividad, las subidas serían mayores.
- ¿Le molesta que el Gobierno vasco haga apelaciones a las subidas salariales? Aunque también es cierto que últimamente el consejero de Hacienda no se pronuncia en esta materia.
- Molestar no. Me resulta curioso, porque el Gobierno vasco cuando realiza compras y contrataciones de obras y servicios prima el precio. Es lo más importante en la licitación pública. Y da igual que el suministrador sea vasco o no. Así que siempre me viene a la cabeza la idea de que si compran barato, no me pidan aumentos de salarios. Al fin y al cabo el precio es lo más importante, porque eso es lo que hay que repartir entre los proveedores, los trabajadores, los impuestos y los accionistas. Y si los precios son bajos, todo será bajo.
- ¿Tiene temor a la desaceleración de la economía, que ya es algo evidente?
- Temor no. Es cierto que esa desaceleración es real y las últimas estimaciones apuntan a que este año la economía vasca crecerá el 2,8% y el próximo, el 2,4%. Pero aún son tasas muy importantes y siempre es más difícil crecer cuando ya se ha crecido. Aunque hay muchas incertidumbres, principalmente por razones de inestabilidad política, soy optimista. También en la creación de empleo.
Cifras precrisis
- ¿Mantienen la idea de que alcanzaremos tasas de desempleo similares a las que existían antes de la crisis el próximo año o en 2020?
- Dentro de poco haremos públicas nuestras previsiones, pero somos optimistas. Creemos que en 2019 aún se va a mantener una creación de empleo intensa. También le reconozco que cada vez es más difícil hacer previsiones a medio y largo plazo, por la cantidad de variables que influyen.
- A usted le afecta el sector de la construcción. Incluso esto se está recuperando.
- Sí, aunque hay cosas que matizar. Hay una cierta recuperación de la promoción inmobiliaria y también de la obra privada, aunque de forma muy tímida. Lo que no termina de arrancar es la obra pública porque la inversión es muy baja.
- En ese sector se ha producido un efecto pernicioso aunque conocido: la crisis ha destruido muchas empresas, pero también ha hecho desaparecer a los profesionales. ¿Lo notan?
- Muchísimo y es un problema grave porque hay que admitir que no es un sector atractivo para trabajar. Probablemente el mayor esfuerzo que vamos a tener que hacer es eso, hacerlo atractivo. Es una actividad en la que el que entra lo hace con mentalidad de estar poco tiempo, más bien a la espera de que le salga algo mejor en otra actividad. Eso impide formar profesionales, de ahí que lo que no encuentras son trabajadores que sepan el oficio. Es un círculo vicioso.
- Vuelvo a preguntarle por el Gobierno central. ¿Cree que Pedro Sánchez ha actuado de forma irresponsable en sus anuncios sobre los impuestos del gasóleo o el final de los vehículos con motor de combustión?
- No ha estado muy afortunado y ha generado una alarma excesiva e innecesaria. No se trata de demonizar a una tecnología. Creo que lo correcto será elevar las exigencias en cuanto a reducción de la contaminación y dejar que la industria vaya adaptándose, pero no de una forma brusca. Para el País Vasco este tema es muy importante. El 25% del PIB depende del sector del automóvil y unas 40.000 personas tienen ahí su empleo. Nos jugamos mucho.
Las claves
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Reforma de la reforma. «Pedro Sánchez no está cuidando como debiera los foros de entendimiento para buscar consensos»
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Negociación colectiva. «Si los trabajadores aceptan que una parte de su salario sea variable, las subidas serán mayores»
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Margen de maniobra «El beneficio de las empresas aún está al 50% del nivel de los momentos previos a la crisis»
«La diferencia en estos cuatro años es que no he tenido que ir acompañado»
Roberto Larrañaga arranca su recta final al frente de la organización empresarial Confebask, porque la asamblea que se celebrará el próximo mes de junio elegirá a su sustituto. Desde hace ya tiempo, la patronal vasca tiene un sistema de rotación en la presidencia de carácter territorial. Cada cuatro años, el cargo lo ostenta una persona nueva que es propuesta por una de las tres patronales territoriales: Cebek, en Bizkaia; Adegi, en Gipuzkoa y SEA en Álava. Tras el periodo de presidencia de Miguel Ángel Lujua en representación de Bizkaia y el de Roberto Larrañaga, que fue aupado por el SEA alavés, el siguiente turno le corresponde a un empresario guipuzcoano.
- Le quedan apenas unos meses al frente de Confebask...
- Exactamente siete meses.
-Me ha contestado tan rápido que parece como si tuviese ganas de dejarlo ya.
- Digamos que cuento los meses que me quedan como en la mili.
- ¿No está cómodo en el cargo?
- No tengo quejas, e incluso debo admitir que la experiencia ha sido muy satisfactoria. Estoy encantado del papel que me ha tocado jugar, pero cuatro años se hacen largos y además sabes que aquí no hay prórrogas ni lugar a las tentaciones para continuar. Es un tiempo tasado y después vendrá otro. Le reconozco que la presidencia de Confebask tiene sus problemas, porque uno lo debe hacer compatible con la gestión de su propia empresa. Desde que acepté el cargo en la organización siempre he tenido la sensación de que a los días le faltan horas.
- Pero creo que se puede decir que su mandato ha sido bastante tranquilo en muchos aspectos. Incluso ni siquiera ha habido enfrentamientos o tensiones entre las patronales territoriales. Al menos que hayan trascendido de forma pública, algo que en otros momentos era habitual.
- Es cierto. También lo es que en momentos de crisis económica todo se pone más difícil y en épocas de crecimiento las cosas ruedan mejor.
- ¿Diría que es esa la principal diferencia de estos casi cuatro años?
- No, con total seguridad no. La principal diferencia de mi mandato en la presidencia de Confebask es que he podido ir por la calle solo y no he tenido que ir acompañado. Es la gran suerte que he tenido yo y que no tuvieron desgraciadamente mis antecesores.
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