2024. Retraso o avance
2024, año de elecciones europeas. El resultado de junio condicionará hacia dónde se dirigirá el futuro de nuestros hijos. O más Europa con vocación de ... responder al desafío del nuevo mundo que está aflorando. O menos Europa como tránsito a la insignificancia y reducción de nuestro bienestar y seguridad. Un camino u otro tendrán implicaciones en nosotros, y afectará a los cimientos de nuestro bienestar, la industria y su fortaleza.
Comienza una etapa que nos lleva a 2030, donde el riesgo de la arrogancia del bienestar presente puede llevarnos a un futuro de una región venida a menos. Hay muchos desafíos en estos tiempos de incertidumbre, acrecentado por el renacimiento de los viejos demonios de la demagogia populista. Frente a ello, más patriotismo europeo, más ciudadanía y menos arrogancia, como ha señalado recientemente Timothy Garton Ash.
Y esto que parece lejano nos afecta e incumbe, por lo que hay que tener la menta abierta para una estrategia que nos permita, como región europea occidental, tener posición y valor en una geoeconomía interna europea escorándose al Este.
Tenemos bases sólidas, pongamos el foco y asumamos de una vez el riesgo de la transformación necesaria. Nadie sobra y todos nos necesitamos. Lo público y lo privado. Necesitamos una educación básica solida, con un sistema público de educación que articule la sociedad y construya generaciones formadas. Pero además de esto, debemos potenciar nuestras capacidades financieras, para que se aglutinen al servicio de la transformación e innovación tecno industrial.
Y tengamos la convicción de que no hay sociedad avanzada sin un sector público eficaz y eficiente.
Actuemos.
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