ELA critica «el autoritarismo de la patronal» y apuesta por la conflictividad

ELA ha sacado pecho de los avances logrados en 2024, un periodo en el que organizó 125 huelgas y en el que consiguieron obtener la mayor cobertura de la última década -tomando como referencia la reforma laboral que el Gobierno central, entonces con Mariano Rajoy al frente, aprobó en 2012-, con 436.600 trabajadores del País Vasco con sus convenios renovados. Los datos suponen casi doblar (crecen un 193%) el número de convenios actualizados en los últimos diez años.

Igeregi ha criticado además «el portazo» que la patronal vasca dio la semana pasada al debate abierto con los agentes sociales sobre el Salario Mínimo Interprofesional propio para Euskadi. Se trata de una decisión que, en sus palabras, «dio la espalda a las personas más vulnerables, sobre todo a las mujeres, y demostró que con esta patronal no hay negociació posible si no hay movilizaciones y huelgas».

En 2024 ELA firmó 225 convenios de empresa -en la mitad de los casos, 112, tuvo que recurrir a las huelgas- y 15 sectoriales. En todos los convenios aseguró un mínimo salarial de 1.400 euros, lo que ha llevado al sindicato vasco ha presumir de conseguir una subida salarial 0,3 puntos mayor que el resto de las centrales. También ha criticado la actitud de un Gobierno vasco, «donde han cambiado caras» pero observan las mismas actitudes. Según han lamentado, se trata del mayor sector en los convenios retrasados. «En este caso también tenemos clarísimo que no hay acuerdos si no hay huelgas. Nuestra intención en los próximos meses será convoar huelgas y movilizaciones en los sectores públicos», ha avanzado.

Por su parte la responsable de sindicalización de ELA, Ane Zelaia, ha presentado el detalle del anuario de victorias de 2024 (casi un centenar) y ha recordado que estas no se alcanzan «de manera espontánea», sino que son fruto «del compromiso y lucha de sus militantes, los frutos de la negociación colectiva y en el trabajo imprescindible de los servicios jurídicos». También ha puesto en valor el peso de la caja de la resistencia, sin la que «las huelgas habrían sido imposibles y por lo tanto las firmas de los acuerdos también habrían sido imposibles».

Además Zelaia ha recordado que estas luchas dependen de un trabajo de organización de plantillas que «ha sufrido los estragos de la mercantilizacion y la individualización del mercado de trabajo», lo que ha dificultado «enormemente» la organización sindical. Debido a esto, durante su congreso confederal de 2021 ELA decidió reforzar la organización de sus secciones sindicales mediante un proceso renovado de sindicalización. «Cogimos el modelo clásico e intentamos introducir algunas modificaciones para que fuera válido para aquellos ámbitos que estaban y los márgenes y quedaban fuera del entorno clásico industrial y de lo que hasta ese momento entendíamos como ámbitos sindicalizables u organizables», ha detallado. Este proceso se puso en marcha durante 2023 y el año pasado ya permitió activar 250 secciones sindicales con casi 900 representantes. «Los resultados y las victorias que se recogen en este anuario son fruto de ese trabajo», ha añadido, y ha confiado en que esta reforma dará más frutos en los próximos años.