Las diputaciones vascas arrancarán 2025 sin ajustar el IRPF al IPC por primera vez en tres años
Retrasan la decisión de deflactar el impuesto a que se tramite la reforma fiscal, que no se aprobará antes de primavera
El próximo año 2025 comenzará sin ajuste alguno en la retención del IRPF en las nóminas de los vascos que evite el impacto del IPC. ... Es la primera vez en tres años que no se aplica lo que se conoce como deflactación, un recurso al que ha echado mano en los peores momentos de la crisis inflacionaria. Es también una de las consecuencias del retraso de la reforma fiscal. Y es que como han explicado a EL CORREO fuentes de las tres diputaciones forales, se ha pospuesto tanto la adopción de esta medida como su cuantía a la aprobación de los nuevos impuestos. Una regulación que no entrará en vigor hasta por lo menos finales del primer trimestre del año que viene.
La deflactación es un mecanismo fiscal para evitar lo que técnicamente se llama progresividad en frío. Y es que si con 20 euros no se pueden comprar hoy las mismas cosas que hace un año, no parece justo que por esos 20 euros se paguen los mismos impuestos. Para ello se corrigen los tramos de renta en la tabla de retenciones con un ajuste equivalente al IPC. No hacerlo supone, de hecho, una subida de impuestos.
La cifra
371 son los millones
que se recaudaron entre 2021 y 2023 por no alinear la deflactación al IPC.
Suele ser un ajuste técnico que se recoge en la norma de medidas tributarias que las diputaciones tramitan a finales de año. Un compendio de retoques y pequeñas modificaciones, muchas de carácter técnico. Pero la deflactación no aparece en esa normativa que Bizkaia ha aprobado esta semana, y Álava y Gipuzkoa están tramitando. Sí otras cuestiones, como la subvención fiscal de 200 euros para rentas inferiores a 30.000 euros.
El hecho de que el IRPF no haya introducido una deflactación alienada al IPC ha provocado unos ingresos fiscales de 375 millones de euros entre 2021 y 2023. Y eso que en 2022, en plena crisis de precios y el estallido de la guerra en Ucrania, se acumuló un ajuste de alivio del 7,5%, por un 2% en 2023 y el 2,5% este año.
No obstante, es cierto que el IPC actual está dando un respiro. El internaual en septiembre fue del 1,8%, frente a la media del 8,1% en 2022 y del 3,8% en 2023.
La deflactación se convirtió en un elemento de batalla política. El PSOE, en el Gobierno de España, se mostró en contra de su aplicación por el hecho de que beneficia a todas las rentas, también a las más altas. Y el PP lo convirtió en bandera en las comunidades que gobierna. Un debate que llegó también a Euskadi. De hecho el PSE aceptó las deflactaciones universales a cambio de la introducción de la ayuda de 200 euros a las rentas bajas.
Además, dado que PNV y PSE necesitan al menos un voto en las Juntas de Álava y Gipuzkoa, la aprobación de la deflactación para este 2024 estuvo a punto de no salir. Esos gobiernos forales se apoyaron en el PP para su tramitación. Esta relación de fuerzas hace complicada cualquier tramitación fiscal. Abrir esa brecha ahora podría ser un elemento que dificultase la aprobación de los Presupuestos y de la posterior reforma fiscal. Mejor unir todo en un mismo debate.
La falta de mayorías en Álava y Gipuzkoa reduce las tramitaciones fiscales en las Juntas Generales
SMI con retenciones
Esta falta de acuerdos ha afectado también a los alrededor de 50.000 vascos que cobran el SMI (Salario Mínimo Interprofesional). Estos trabajadores seguirán viendo como se les retiene un dinero en su nómina (el 6% si no tienen hijos a cargo). Es la principal consecuencia de que las diputaciones vascas no hayan elevado el mínimo exento en el IRPF (14.000 euros). Otra de las cuestiones que ha quedado para la reforma fiscal. Mientras tanto, el ejercicio 2024 se cerrará para quién cobre el SMI (15.876 euros) con un pago de retenciones de 952 euros.
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