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Han pasado casi dos años desde que fue despedido y el caso será analizado esta semana por un juzgado de lo social de la capital vizcaína. Alberto Marauri, el directivo de Siemens Gamesa que decidió pasarse al sindicalismo en 2023 para ser delegado de ELA ... en la empresa, reclamará en los tribunales que su despido sea declarado nulo al considerar que la rescisión de su contrato fue, en terminología coloquial, una venganza de la empresa por su decisión. Fuentes conocedoras del proceso aseguran que las negociaciones desplegadas por la empresa y los representantes legales del exdirectivo durante todo este tiempo no han fructificado.
«Sé que no es algo habitual que un miembro del equipo de recursos humanos y desempeñando responsabilidades de gestión decida comprometerse con un sindicato de forma pública como yo lo he hecho, por lo que he pensado que sería bueno explicarte cómo he llegado hasta aquí». Así arrancaba el mensaje que dirigió a la plantilla de la compañía eólica para dar a conocer su paso el sindicalismo.
Marauri se había incorporado como directivo en el área de recursos humanos de Gamesa en 2007 procedente de la empresa de ingeniería Segula Technologies. Licenciado en Psicología por la Universidad de Deusto y en Sociología por la UNED -tiene además varios cursos de posgrado por la Universidad de La Rioja y el IESE-, permaneció en la división de generación terrestre tras la fusión. En su perfil de la red LinkedIn aún se puede leer la descripción de sus funciones en la compañía: «Lidero la gestión integral de recursos humanos en OnShore Chief Operating Officer en Siemens Gamesa Renewable Energy, con impacto en 4.000 profesionales a nivel mundial».
«Quieren que paguemos, de una forma u otra, las malas decisiones que durante años se han tomado lejos de aquí. No podía seguir así», apuntaba en su misiva a la plantilla a propósito de la deriva de la compañía, que no ha conseguido superar aún las pérdidas millonarias y también los problemas técnicos en sus aerogeneradores terrestres. El todavía directivo culpaba así a quienes habían asumido la máxima responsabilidad de gestión de la compañía tras la fusión -de una forma bastante rápida se impuso el equipo que procedía de Siemens- de la crisis en la que había entrado la empresa.
En ese contexto el directivo del área de recursos humanos fue incluido en un ERE que la compañía puso en marcha a principios de 2023 y lo convirtió en una decisión singular. El ERE se saldó con la salida voluntaria de algo más de 100 empleados y la recolocación de otro amplio colectivo. Tan solo él fue despedido. Una singularidad que da pie a que el afectado asegure que se ha producido una vulneración de derechos fundamentales. La empresa, consultada por EL CORREO, ha declinado valorar las razones que justificaron el despido.
Al juicio han sido citados como testigos representantes de otros sindicatos en la empresa así como la que en el momento del despido era máxima responsable del área de recursos humanos de Siemens Gamesa en España, que en la actualidad trabaja en la firma Ingeteam.
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