Chistine Lagarde necesita emular al mejor Draghi

La presidenta del Banco Central Europeo se enfrenta hoy al momento más delicadado desde que tomó posesión del cargo el 1 de noviembre de 2019 con unos mercados que esperan un mensaje contundente

Jueves, 16 de marzo 2023, 00:38

Londres, 26 de julio de 2012. Cuando la tormenta más arreciaba, cuando la hasta entonces infalibe arquitectura del euro se venía abajo como un castillo ... de naipes, Mario Draghi, presidente del BCE desde el 1 de noviembre de 2011, obró el milagro. 23 palabras, tan sólo 23, bastaron para salvar el euro. «Within our mandate, the ECB is ready to do whatever it takes to preserve the euro. And believe me, it will be enough». En plata, «el BCE está dispuesto a hacer todo lo que haga falta para salvar el euro. Y créanme, será suficiente». Lo fue. Desde entonces, Draghi se erigió en el gran líder de una UE cuyos mandatarios políticos se pusieron de perfil en el peor momento.

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Más de una década después, llega el turno de 'madame Lagarde'. La francesa, con el permiso de la pandemia, se enfrenta sin duda a su peor momento desde que asumió la presidencia del Eurobanco el 1 de noviembre de 2019. El pánico bancario originado en Estados Unidos y replicado en Europa a través del Credit Suisse ha desatado todas las alarmas. Y es que aquella pesadilla llamada Lehman Brothers que el mundo sufrió hace ya quince años comienza a provocar las primeras gotas de sudor frío.

Hoy es el gran día de Christine Lagarde, una mujer bregada en mil batallas. Llegó a Fráncfort desde Washington, donde llevó las riendas del Fondo Monetario Internacional (FMI) entre 2011 y 2019. Hoy, Lagarde necesita proclamar a los cuatro vientos su propio 'whatever it takes' (haremos lo que sea necesario...) para dar un puñetazo encima de la mesa y recordar que el BCE seguirá siendo el gran dique de contención de una Europa curtida a golpe de cicatrices.

El pasado 5 de marzo, en la primera entrevista en exclusiva que concedió a un periódico español desde que accedió al cargo, confesó a EL CORREO que aquel espíritu inculcado por Draghi seguía vigente. «Sí, sin duda. Y haremos lo que sea necesario para que la inflación regrese al 2%. Mario se enfrentaba a una situación diferente y era otro tiempo. Aquel mensaje era muy demandado y tuvo un impacto inmediato. Ahora, nuestra acción es más sostenida, duradera, porque la inflación es un monstruo al que tenemos que golpear para mantenerla en el 2%».

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Varios matices. Primero, habló de Mario, nada de Mario Draghi ni Draghi a secas. El sentimiento de unidad interna en el BCE que forjó la Gran Recesión sigue vigente. Segundo, «eran otros tiempos». Y tercero, ahora se trata de «golpear el monstruo de la inflación hasta mantenerla en el 2%». Entonces, en aquel 2012, la cosa iba de alimentarlo.

El problema es que la quiebra del Silicon Valley Bank y el posterior contagio del Credit Suisse ha roto todos los esquemas con la cotización de la gran banca europea en caída libre. Ese es el problema, los llamados 'sistémicos', los 'too big to fail' (demasiado grandes para caer) están en la diana de credibilidad. El dilema tiene mucho de querer más a papá o mamá. O golpeamos al «monstruo de la inflación» mantiendo la subida de tipos prevista o salvamos a los bancos de la quema.

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¿Qué hará hoy el Consejo de Gobierno del BCE? Pues posiblemente un poco de todo, seguir golpeando a base de subida de tipos y advertir, eso sí, al mercado de que el espíritu del 'whatever it takes' sigue vivo. La batalla del relato se libra en Fráncfort y 'madame Lagarde' necesita emular al mejor Draghi.

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