«En la carrera hacia la sostenibilidad no puede haber atajos»
juan luis lasa / ternua ·
j. murcia
Lunes, 28 de febrero 2022, 20:04
En 1994, cuando la sostenibilidad era un concepto aún semidesconocido, Ternua ya fabricaba chaquetas polares a partir de botellas de plástico. Por eso a la empresa vasca, famosa sobre todo por sus prendas deportivas, nadie le puede acusar de subirse a ese carro por seguir -y nunca mejor dicho- una moda o por conveniencia. Actualmente Ternua dedica el 1% de su facturación a la investigación y desarrollo de nuevos materiales con los que confeccionar sus productos.
Precisamente en la colaboración entre el departamento de innovación del grupo y los proveedores de materiales, reside su éxito. Y en tener presente una máxima, tan extendida en el mundo mendizale, según la cual lo que realmente importa cuando se ha hecho cumbre no es haber llegado hasta allí, sino el camino. «Ahí no hay atajos, la cumbre la hemos subido por nosotros mismos», se enorgullece Juan Luis Lasa, el presidente del grupo.
«Compartir ese camino con muchas empresas, en medio de una pandemia, con la cadena de suministros colapsadas y con escasez de materias primas… El 2021 ha sido positivo. Pero más que por el resultado, por el camino a la cumbre». Camino en el que ha surgido una nueva marca y más proyectos de innovación.
Una forma de hacer en la que «el cómo importa más que el qué». La filosofía de Ternua reside en «cambiar las prioridades» a la hora de hacer negocio, puesto que hablamos de la segunda industria más contaminante del planeta. «Ahora que la sostenibilidad está en boca de todos, quiero recordar que para llegar a esa cumbre no hay atajos. Y cada vez contamos con más compañeros de cordada», explicó Lasa en su discurso de agradecimiento tras recoger el galardón a la Pyme del año.
Lasa relató que «el 'know how' de la confección prácticamente se ha perdido en España». En ese escenario, Ternua está «trayendo cada vez más cerca» su producción; sin perder, eso sí, el equilibrio geográfico. Casi la mitad de sus prendas se confeccionan en la planta navarra de Etxalar y en otras factorías de España, Portugal, Bulgaria o Túnez. El resto se produce en países asiáticos como China o Vietnam, «pero no porque sea más barato, sino porque en la actualidad la mejor tecnología textil está allí».