La crisis de la automoción mete en un «lío» al sector que aporta 20.000 millones a Euskadi

El sector en Europa atraviesa una crisis alimentada por la desaceleración económica que ha llevado a Francia y a Alemania, los motores del automovilismo europeo, a rozar la recesión. Una situación que se añade a la conflictiva llegada del coche eléctrico y a la irrupción de unos competidores que desde China controlan el 75% del mercado mundial de baterías y con el que se ha abierto una batalla arancelaria.

Las consecuencias han tocado el corazón en el caso de Volkswagen, que negocia en suelo alemán el mayor recorte de personal de su historia. Un impacto del que tampoco escapa el País Vasco, donde la fábrica más grande de la comunidad autónoma, la de Mercedes en Vitoria, acusa una caída de la producción que podría acercarse a la del año de la pandemia. La factoría parará tres semanas en diciembre y se acerca a la suspensión de uno de sus tres turnos de trabajo. Sus exportaciones se han mermado más de un 25% este año y han arrastrado al global de las de las Euskadi.

En el primer semestre, los dos gigantes vascos de la automoción, las cotizadas Gestamp y Cie Automotive, presentaron unas ventas estancadas con una suma de 8.202 millones (6.140 de Gestamp y 2.062 de Cie), y unos beneficios de 290 millones, un 14% menos que en el mismo periodo del año pasado. Gestamp ha acusado más el ajuste en las ganancias con una caída del 34%, mientras que Cie las ha subido un ligero 3% frente al 11,2% del pasado año.

Y es que, siguiendo con el argumento empleado ayer por Pradera, estos datos son «el impacto de la realidad» frente a un relato centrado en lo «emocional», pero que ha devenido en «una política industrial del automóvil que es un desastre». «En Europa eramos los campeones mundiales del sector y lo que hacemos es dejar de serlo», sentenció.

Respecto al País Vasco, reconoció que «el momento no es grave, pero va a serlo sino se para esto. Vamos a tener un lío». Desde el clúster vasco de la automoción, Acicae, señalan a EL CORREO, que «vivimos una ola de desafíos» y que aunque las «previsiones de este año siguen siendo positivas, presentan una tendencia a la baja». Los fabricantes y concesionarios (Anfac y Faconauto) reclaman que, para levantar las ventas del coche eléctrico, es necesario mantener y reforzar las ayudas.

Algunos analistas insisten en la problemática que ha generado la política de Europa: «Ha impuesto un calendario y una lista de sanciones, mientras China ha repartido subvenciones y Estados Unidos ayudas fiscales». Son parte del análisis que recoge también Mario Draghi en su informe encargado por la Comisión Europea. En él, dedica un capítulo a la automoción «caracterizada por un agudo sentido de urgencia y una grave preocupación». Y es que la UE tenía el 31% de la fabricación de coches en 2000 y hace dos años se desplomó a la mitad, el 15%.

En cuanto a las respuestas de las empresas en Euskadi, Acicae recuerda que la posición actual es «consolidada» y requerirá «grandes dosis de gestión, diversificación, innovación e internacionalización para dar nuevas respuestas».

En esta línea, Pradera señaló ayer que los elementos de la conducción autónoma podrían ser un objetivo. «Para eso en Europa tenemos capacidad de ser líderes mundiales y estaríamos a tiempo». Además, señaló la importancia del hidrógeno verde cuando como vector energético.