La aeronáutica vasca anuncia cuatro años históricos con crecimientos del 9,5% en sus ventas

Ya en el pasado año los vuelos comerciales recuperaron las cifras previas al covid y los grandes fabricantes han llenado la cartera de pedidos con trabajos para los próximos diez años, como es el caso de Airbus. Además, el sector debe afrontar de modo inminente la construcción de nuevos modelos que recojan medidas de sostenibilidad como un menor consumo y el empleo de combustibles sintéticos que ya ha regulado la UE. Se trata, por lo tanto, de una oportunidad de gran crecimiento que traslada una sensación de mayor urgencia a la necesidad de perfiles profesionales que puedan incorporarse a las empresas.

Además de la aviación comercial, los compromisos de los países europeos para reforzar sus presupuestos de defensa hacen que este negocio con gran presencia en el sector eleve también las perspectivas. Las principales compañías aeronáuticas vascas, ITP Aero y Aernnova, cuentan con el 20% de su facturación en este área. Y, además, la fabricante de motores vizcaína es coordinadora industrial del programa FCAS, sobre el que descansa el escudo aéreo de la UE y el nuevo caza europeo.

Los satélites viven también un momento de gran expansión con un crecimiento exponencial de lanzamientos y la exploración de nuevos usos y aplicaciones para la observación del espacio. Una actividad en la que destacan compañías vascas como Satlantis o AVS.

Así las cosas, según ha explicado la directora general de Hegan, Ana Villate, las empresas del sector cuentan con un crecimiento del 9,5% anual de facturación y un 5% en el empleo. Lo que significa que, hasta 2028, la aeronáutica vasca requerirá incorporar a 3.448 profesionales.

Las noticias contrastan con la situación que atraviesan otras actividades industriales como la automoción, mucho más expuestas a la crisis de la transición eléctrica o al problema de aranceles. Y es que el alto contenido en innovación y tecnología de la aeronáutica es una de las claves, tal y como ha señalado el consejero de Industria del Gobierno vasco. Mikel Jauregi ha señalado que esta línea de I+D supone «una oportunidad competitiva» y ha señalado la determinación de su Ejecutivo de reforzarla para aprovechar la reindustrialización que afronta la UE.

El reto está, además de la necesidad de personas con la preparación adecuada, en la financiación. Las empresas aeronáuticas, que en Euskadi representan toda la cadena de fabricación exceptuando el gran fabricante, han de afrontar importantes inversiones. Muchos de los equipamientos de aeroestructura o del motor de los nuevos aviones que se van a poner en marcha exigen a los proveedores importantes inversiones en bienes de equipo y maquinaria.

Y la clave, como ha explicado Ricardo Chocarro, que además de presidente de Hegan es consejero delegado de Aernnova, está en llegar a tiempo para «cambiar de ola y estar listo en esas nuevas plataformas». Se trata de esos aviones, helicópteros y drones de nueva generación con unas necesidades específicas que requieren poder dar la respuesta en el momento adecuado; si no, puede ser una oportunidad perdida.

El consejero de Industria ha insistido en la necesidad de crear herramientas financieras público-privadas para dar respuesta a esas necesidades. En ese sentido, el lehendakari Imanol Pradales se ha fijado el objetivo de lanzar esta legislatura un fondo para impulsar inversiones estratégicas en Euskadi dotado con 3.000 millones.