Pedro Sánchez charla con Carlos Torres, presidente de BBVA.

Por qué BBVA se la juega e irá hasta el final en su opa al Sabadell

El presidente del banco vasco, Carlos Torres, asume el riesgo de la operación porque ya ha vencido en su particular batalla por el relato ante sus accionistas: si al final no sale, la culpa será de Pedro Sánchez

Martes, 12 de agosto 2025, 09:13

La opa más política en décadas, la que lanzó BBVA para hacerse con el Banco Sabadell hace ya quince meses, lleva tiempo transitando en un ... carrusel emocional que nadie sabe si descarrilará o llegará a buen puerto allá por finales de septiembre o principios de octubre. Porque lo único claro a día de hoy es que el culebrón se acabará a la vuelta del verano... ¡Por fin! Este lunes, cuando muchos analistas y buena parte del mercado apostaba por la retirada de la opa después de la ofensiva a la defensiva lanzada por la entidad vallesana vendiendo su filial británica TSB al Santander y cortejando a sus accionistas con un macrodividendo de 2.500 millones, BBVA decidió arriesgar y llevar hasta el final su apuesta pese a todo y pese a todos.

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¿Por qué Carlos Torres, presidente del banco vasco, asume este riesgo sabedor de que la opa se ha convertido en algo muy parecido a una moneda al aire? Porque sabe que si pierde, su particular batalla por el relato ante sus accionistas y ante los exigentes mercados está ganada, o al menos, salvada. Si la oferta pública de adquisición por la mayoría accionarial del Sabadell descarrila, todo el mundo lo achacará a las maniobras políticas dirigidas en primera persona por Pedro Sánchez, a quien nunca le ha gustado una operación que desde el primer minuto ha tenido en contra a todos los agentes políticos, sociales y empresariales en Cataluña. Y todos es todos. La verdad que es difícil toparse con algo que aglutine tanto consenso en la comunidad autónoma más polariza.

Hay una fecha clave en este relato: 5 de mayo de 2025. Aquella mañana, desde Barcelona, Sánchez volvió a ejercer de Sánchez sorprendiendo a todos al anunciar una inédita consulta pública no vinculante sobre la opa para que la sociedad española pudiera opinar sobre el asunto. No fueron pocos los asistentes que se quedaron ojipláticos, incluso banqueros de terceras entidades que nada tienen que ver con esta operación. Mientras tanto, el eje Bruselas-Fráncfort-Londres-Washington (UE, BCE, City, FMI) no daba crédito a lo que estaba escuchando. Tal es así que la Comisión Europea, que junto al BCE tardaron media hora en dar su plácet a la opa, ha abierto un expediente a España por su papel obstaculizador.

Y es que no hay que olvidar que semanas después, el 25 de junio, el Consejo de Ministros aprobó duras restricciones a la operación prohibiendo una fusión durante al menos tres años que podrían extenderse a cinco. Es decir, que en caso de que BBVA lograse hacerse con la entidad presidida por Josep Oliu, el banco vasco tendría que mantener la marca del Sabadell y operar de forma 'independiente' durante este periodo. Es, sin duda, el peor escenario posible para todos, incluso para el banco catalán, pero donde manda Gobierno...

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¿Qué pasará? Ahora, por fin, la pelota está donde siempre tuvo que estar: en el tejado de los accionistas del Banco Sabadell, que son quienes decidirán libremente que quieren hacer con su dinero. Si la opa triunfa, Carlos Torres se anotará un gol por la escuadra al ganar un partido con todas las adversidades posibles jugando en su contra. Y si fracasa, el relato dominante no será que Torres sufre una segunda derrota en su intento de hacerse con el Sabadell, que también, sino que el árbitro estaba 'comprado' porque el Gobierno hizo todo lo posible para que la opa fracasase. Pregunten en Bruselas a ver qué piensan...

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