Ademi prefiere un socio financiero para que los médicos retengan el IMQ

Como ya es conocido, desde hace año y medio los 1.100 accionistas del IMQ están divididos y han sido incapaces hasta ahora de encontrar una fórmula que permita la convivencia de todos los intereses: el de quienes quieren vender sus acciones a un precio de mercado -hay limitaciones estatutarias que lo impiden- y el de quienes quieren evitar que la compañía líder del seguro de salud en Euskadi sea adquirida por alguien que pueda poner en peligro sus atributos fundamentales: arraigo en el País Vasco y un modelo de asistencia y relación con los médicos bastante singular.

La estructuración de la propuesta de Ademi es fruto de la incorporación de dos firmas asesoras -Barrilero en la vertiente jurídica y Norgestión en la financiera-, en un intento de contraponer una alternativa a la del consejo de administración. El consejo recibió el mandato de los accionistas de elaborar una propuesta que permita la salida de quienes quieran irse, pero también que incorpore un acuerdo con la compañía Adeslas. Adeslas, que ya es propietaria del 45% de la aseguradora del grupo del IMQ -el epicentro de la firma-, debería actuar como garante de que en el futuro asumirá todas las acciones que salgan a la venta.

Desde Ademi creen que esa posibilidad entraña el peligro de que Adeslas tome el control a corto o medio plazo. En su hoja de ruta, creen que deben agotarse varias opciones prioritarias antes de recurrir a un socio externo. Entre ellas, el uso de la tesorería que tiene la propia compañía -cuenta con limitaciones porque una parte importante depende de alcanzar un acuerdo precisamente son Adeslas, como socio de la aseguradora-; también recurrir al endeudamiento y a la venta de algunos activos que no sean vitales para el negocio. No han puesto un precio a las acciones, pero aseguran que toman como referencia las valoraciones ya realizadas por varias firmas, que sitúan el valor de la compañía en torno a los 280 millones. Unos 250.000 euros para cada accionista.

En último lugar, apuntan fuentes de Ademi, se contempla la incorporación de un socio financiero que, aparentemente, no está seleccionado. El perfil de este socio, añaden, debe responder al de un inversor financiero de largo plazo -del tipo de los fondos de pensiones-, que no aspire a gestionar la compañía y no ponga en peligro el modelo actual.

Aunque con algunos matices, la propuesta guarda una gran similitud con el intento que hizo el exdirector general del grupo, Miguel Ángel Lujua, por incorporar a la Fundación BBK al accionariado de IMQ. Aquellas negociaciones y el principio de acuerdo que había alcanzado fueron el motivo que acabó costándole el puesto en diciembre de 2019. Representantes de Ademi aseguran que el lema que preside su modelo es un mensaje directo a los actuales accionistas del IMQ. Algo así como 'vende si quieres, pero queremos que te quedes'. Por otra parte, ELA y CC OO han convocado una concentración el viernes para protestar por la posible entrada de socios externos.