Accionistas de IMQ piden que si hay socios externos no superen el 30%
La asociación Ademi admite que será imposible para los médicos mantener el control si hay una venta masiva de acciones
Ademi, la asociación de accionistas de IMQ que defiende que los médicos retengan el control de la principal compañía aseguradora del País Vasco, presentó ayer ... su plan para oponerse al aumento de influencia de Adeslas, que recientemente presentó una oferta. Martín Axpe, que lidera este colectivo, defendió la posibilidad de hacer compatible que los médicos retengan el control y también que los que quieran vender lo hagan a un precio de mercado. Para ello indicaron que es necesario limitar a un 30% la participación de socios externos en el grupo.
Ademi es consciente, sin embargo, de que si hay muchos accionistas que quieren desprenderse de sus títulos a corto y medio plazo -en la actualidad hay 1.170, pero algo más del 45% ya está jubilado-, su estrategia resultará insostenible por escasez de recursos financieros. «Si hay un 40% que quiere vender -admitió Chantón Martínez Astorquiza, miembro también de la dirección de Ademi-, esto no sirve y entonces vendemos todos».
Pero antes de bajar los brazos creen que es necesario contraponer una alternativa a la que ha presentado Adeslas, compañía que está dispuesta a abonar 255.000 euros por cada paquete de 1.000 acciones del grupo IMQ. Una oferta repleta de matices, que incluye también el compromiso de no superar el 50% en la filial de seguros -ya dispone del 45% de esa sociedad-, pero que controlaría de alguna manera para poder consolidar sus cuentas.
Este grupo estima que hay recursos para evitar que Adeslas aumente su influencia en la compañía
Martín Axpe llamó a los accionistas a «no vender». No sólo por razones emocionales para mantener el «espíritu de IMQ», sino también por razones económicas. «IMQ ha ofrecido en los últimos años un dividendo interesante, lo seguirá haciendo y como inversión resulta atractiva», defendieron tanto él como Martínez Astorquiza.
Ademi sostiene, sin embargo, que quienes quieran abandonar la empresa «tienen derecho a hacerlo» y defiende que con su modelo pueden obtener más dinero -hasta 260.000 euros por paquete de títulos-, además de permitir que los médicos mantengan el control.
El esquema presentado ayer y que defiende Ademi está basado en la idea de que a corto plazo no habrá más de un 25% de títulos en venta. La apuesta es utilizar «unos 34 millones de tesorería disponible en el grupo», indicaron, así como recurrir a una maniobra delicada. Esta pasa por rebajar la solvencia de la filial aseguradora -está muy por encima de los niveles exigidos- para drenar recursos de la misma con los que comprar las acciones de quienes abandonen la empresa. El punto débil de la propuesta y que puede hacerla inviable es que esa operación requiere la autorización de Adeslas. Y parece díficil que alguien pueda decirle a Adeslas algo así como 'autorízame una operación que me va a permitir destrozar tu estrategia' sin sonrojarse.
En el hipotético caso de que sean necesarios más recursos, ya a medio plazo, Ademi es partidaria de endeudar al grupo para obtener dinero; también de vender activos -aclararon que en ningún caso la filial de residencias Igurko- e, incluso, de dar entrada a un fondo de inversión. Una opción en la que, insistieron, no se debería pasar del 30% en la cabecera del grupo, ya que esa es aparentemente la vía por la que Adeslas planea controlar IMQ dentro de algunos años.
«Si se produce una salida escalonada en los próximos años no habrá problemas», aseguraron los representantes de Ademi. Algunos médicos presentes en el acto pidieron que se den garantías de que los que quieran vender en el futuro lo podrán hacer también a un buen precio, en línea con lo que se plantea para los que abandonen ahora.
Los accionistas de IMQ están llamados a una junta el próximo 30 de junio. El consejo de administración ya ha anunciado que en ella se someterá a votación una hoja de ruta que tiene como elemento fuerte la oferta de Adeslas, de inyectar dinero a cambio de acciones para permitir la salida de los que quieran vender.
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